"Yo los sanaré de su infidelidad. Los amaré generosamente, porque mi furor se habrá apartado de ellos. RVa — Oseas 14:4
Antes de su caída, Pedro había tenido la costumbre de hablar inadvertidamente, bajo el impulso del momento. Siempre estaba listo para corregir a los demás, para expresar su opinión, antes de tener una comprensión clara de sí mismo o de lo que tenía que decir. Pero el Pedro convertido era muy diferente. Conservaba su fervor anterior, pero la gracia de Cristo regía su celo. Ya no era impetuoso, confiado en sí mismo, ni vanidoso, sino sereno, dueño de sí y dócil. Podía entonces alimentar tanto a los corderos como a las ovejas del rebaño de Cristo. DTG 753.1
La manera en que el Salvador trató a Pedro encerraba una lección para él y sus hermanos. Les enseñó a tratar al transgresor con paciencia, simpatía y amor perdonador. Aunque Pedro había negado a su Señor, el amor de Jesús hacia él no vaciló nunca. Un amor tal debía sentir el subpastor por las ovejas y los corderos confiados a su cuidado. Recordando su propia debilidad y fracaso, Pedro debía tratar con su rebaño tan tiernamente como Cristo le había tratado a él.
La pregunta que Cristo había dirigido a Pedro era significativa. Mencionó sólo una condición para ser discípulo y servir. "¿Me amas?" dijo. Esta es la cualidad esencial. Aunque Pedro poseyese todas las demás, sin el amor de Cristo no podía ser pastor fiel sobre el rebaño del Señor. El conocimiento, la benevolencia, la elocuencia, la gratitud y el celo son todos valiosos auxiliares en la buena obra; pero sin el amor de Jesús en el corazón, la obra del ministro cristiano fracasará seguramente. DTG 753.2 - DTG 753.3
Lee Éxodo 33:15-22 y considera el contexto de estos versículos y la narración en la que aparecen. ¿Qué revela este pasaje, especialmente el versículo 19, sobre la voluntad y el amor de Dios?
Esta fue la respuesta: "También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia a mis ojos y te he conocido por tu nombre". El profeta aun no dejó de suplicar. Todas sus oraciones habían sido oídas, pero tenía fervientes deseos de obtener aun mayores pruebas del favor de Dios. Entonces hizo una petición que ningún ser humano había hecho antes: "Te ruego que me muestres tu gloria".
Dios no lo reprendió por su súplica ni la consideró presuntuosa, sino que, al contrario, dijo bondadosamente: "Yo haré pasar toda mi bondad delante de tu rostro". Ningún hombre puede, en su naturaleza mortal, contemplar descubierta la gloria de Dios y vivir; pero a Moisés se le aseguró que presenciaría toda la gloria divina que pudiera soportar. Nuevamente se le ordenó subir a la cima del monte; entonces la mano que hizo el mundo, aquella mano "que arranca los montes con su furor, y no conocen quién los trastornó" (Job 9:5), tomó a este ser hecho de polvo, a ese hombre de fe poderosa, y lo puso en la hendidura de una roca, mientras la gloria de Dios y toda su bondad pasaban delante de él.
Esta experiencia, y sobre todo la promesa de que la divina presencia lo ayudaría, fueron para Moisés una garantía de éxito para la obra que tenía delante, y la consideró como de mucho más valor que toda la sabiduría de Egipto, o que todas sus proezas como estadista o jefe militar. No hay poder terrenal, ni habilidad ni ilustración que pueda sustituir la presencia permanente de Dios.
Para el transgresor es terrible caer en las manos del Dios viviente; pero Moisés estuvo solo en la presencia del Eterno y no temió, porque su alma estaba en armonía con la voluntad de su Creador. El salmista dice: "Si en mi corazón hubiera yo mirado a la maldad, el Señor no me habría escuchado". En cambio "la comunicón íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto". Salmos 66:18; 25:14.
La Deidad se proclamó a sí misma: "¡Jehová! ¡Jehová! Dios fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira y grande en misericordia y verdad, que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, pero que de ningún modo tendrá por inocente al malvado". PP 298.2 - PP 299.1
En Oseas, capítulos uno y dos, lo primero y más importante que hay que averiguar acerca de estos capítulos es el tiempo en el que se desarrolla su importancia profética. Para averiguarlo, leeremos:
Oseas 2:18 – “Y en aquel día haré con ellos pacto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con los reptiles de la tierra; y quebraré de la tierra el arco y la espada y la guerra, y les haré reposar seguros.”
Hasta el día de hoy, el pueblo de Dios nunca ha experimentado una seguridad y libertad tan completa y absoluta como la que se expone en este versículo de las Escrituras. Por lo tanto, se ve rápidamente que el tema del capítulo llega incluso más allá de nuestro tiempo. A medida que estudiamos los capítulos versículo por versículo, el elemento del tiempo aparecerá cada vez más brillante.
Oseas 1:1,2 – “Palabra de Jehová que vino a Oseas hijo de Beeri, en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel. Principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas.
Y Jehová dijo a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria e hijos de fornicación; porque la tierra se ha prostituido en gran manera apartándose de Jehová.”
Al profeta Oseas se le ordenó tomar una mujer fornicaria sin ninguna otra razón que para retratar la triste y abominable condición que prevalecía entonces en Israel.
Este matrimonio es, por supuesto, solo una visión, tal como lo es el hecho de que el profeta Ezequiel estuviera acostado 40 días de un lado y 390 días del otro (Ezequiel 4:4-6).
Lee Oseas 14:1-4. ¿Qué revelan estos versículos sobre el amor inquebrantable de Dios por su pueblo?
Todos los que entren en la ciudad de Dios lo harán por la puerta estrecha, por esfuerzo y agonía; porque "no entrará en ella ninguna cosa sucia, o que hace abominación." Apocalipsis 21:27. Pero nadie que haya caído necesita desesperar. Hombres de edad, que fueron una vez honrados por Dios, pueden haber manchado sus almas y sacrificado la virtud sobre el altar de la concupiscencia; pero si se arrepienten, abandonan el pecado y se vuelven a su Dios, sigue habiendo esperanza para ellos. El que declara: "Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida" (Apocalipsis 2:10), formula también esta invitación: "Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos; y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar." Isaías 55:7. Dios aborrece el pecado, pero ama al pecador. Declara: "Yo medicinaré su rebelión, amarélos de voluntad." Oseas 14:4. PR 61.3
A los que habían perdido de vista el plan secular trazado para librar a los pecadores apresados por el poder de Satanás, el Señor ofreció restauración y paz. Declaró: "Yo medicinaré su rebelión, amarélos de voluntad: porque mi furor se apartó de ellos. Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano. Extenderse han sus ramos, y será su gloria como la de la oliva, y olerá como el Líbano. Volverán, y se sentarán bajo de su sombra: serán vivificados como trigo, y florecerán como la vid: su olor, como de vino del Líbano. Ephraim dirá: ¿Qué más tendré yo con los ídolos? Yo lo oiré, y miraré; yo seré a él como la haya verde: de mí será hallado tu fruto. PR 212.3
Compara Apocalipsis 4:11 y Salmo 33:6. ¿Qué nos dicen estos versículos sobre la libertad de Dios en relación con la Creación?
En el capítulo 14 del Apocalipsis se exhorta a los hombres a que adoren al Creador, y la profecía expone a la vista una clase de personas que, como resultado del triple mensaje, guardan los mandamientos de Dios. Uno de estos mandamientos señala directamente a Dios como Creador. El cuarto precepto declara: "Acuérdate del sábado para santificarlo. [...] El séptimo día es de reposo para Jehová, tu Dios; [...] porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el sábado y lo santificó". Éxodo 20:10, 11 (RV95). Respecto al sábado, el Señor dice además, que será una "señal [...] para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios". Ezequiel 20:20 (RV95). Y la razón aducida es: "Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó, y reposó". Éxodo 31:17. CS 433.1
"Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el espíritu de su boca.... Porque él dijo, y fué hecho; él mandó, y existió." Salmos 33:6, 9. La Sagrada Escritura no reconoce largos períodos en los cuales la tierra fué saliendo lentamente del caos. Acerca de cada día de la creación, las Santas Escrituras declaran que consistía en una tarde y una mañana, como todos los demás días que siguieron desde entonces. Al fin de cada día se da el resultado de la obra del Creador. Y al terminar la narración de la primera semana se dice: "Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron criados." Génesis 2:4. Pero esto no implica que los días de la creación fueron algo más que días literales. Cada día se llama un origen, porque Dios originó o produjo en él una parte nueva de su obra. PP54 103.1
Lee Juan 17:24. ¿Qué nos dice sobre el amor de Dios antes de que el mundo existiera?
¡Oh, qué petición! ¡Qué tierno e inefable amor encierra esta petición! Nuestra Cabeza viviente anhela que los miembros de su cuerpo se asocien con él. Ellos han tenido comunión con él en sus sufrimientos, y él no estará satisfecho con nada menos que con que tengan comunión con él en su gloria. Esto lo reclama como su derecho". RH 15 de agosto de 1893, par. 9
Jesús negó que los judíos fueran hijos de Abrahán. Dijo: "Vosotros hacéis las obras de vuestro padre." En mofa respondieron: "Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios." Estas palabras, que aludían a las circunstancias del nacimiento de Cristo, estaban destinadas a ser una estocada contra Cristo en presencia de los que estaban comenzando a creer en él. Jesús no prestó oído a esta ruin insinuación, sino que dijo: "Si vuestro padre fuera Dios, ciertamente me amaríais: porque yo de Dios he salido, y he venido." DTG 432.4
Lee Mateo 22:1-14. ¿Cuál es el significado de esta parábola?
La invitación a la fiesta había sido dada por los discípulos de Cristo. Nuestro Señor había mandado a los doce y después a los setenta, para que proclamaran que el reino de Dios estaba cerca, e invitasen a los hombres a arrepentirse y creer en el Evangelio. Pero la invitación no fue escuchada. Los que habían sido invitados a la fiesta no vinieron. Los siervos fueron enviados más tarde para decirles: "He aquí, mi comida he aparejado; mis toros y animales engordados son muertos, y todo está prevenido: venid a las bodas". Tal fue el mensaje dado a la nación judía después de la crucifixión de Cristo, pero la nación que aseveraba ser el pueblo peculiar de Dios rechazó el Evangelio que se le traía con el poder del Espíritu Santo. Muchos hicieron esto de la manera más despectiva. Otros se exasperaron tanto por el ofrecimiento de la salvación, por la oferta de perdón, por haber rechazado al Señor de gloria, que se volvieron contra los portadores del mensaje. Hubo "una grande persecución".1 Muchos hombres y mujeres fueron echados en la cárcel, y fueron muertos algunos de los mensajeros del Señor, como Esteban y Santiago.
Así selló el pueblo judío su rechazamiento de la misericordia de Dios. El resultado fue predicho por Cristo en la parábola. El rey, "enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y puso fuego a su ciudad". El juicio pronunciado vino sobre los judíos en la destrucción de Jerusalén y la dispersión de la nación.
La tercera invitación a la fiesta representa la proclamación del Evangelio a los gentiles. El rey dijo: "Las bodas a la verdad están aparejadas; mas los que eran llamados no eran dignos. Id pues a las salidas de los caminos y llamad a las bodas a cuantos hallareis".
Los siervos del rey que salieron por los caminos "juntaron a todos los que hallaron; juntamente malos y buenos". Era una compañía heterogénea. Algunos no tenían mayor respeto, por quien daba la fiesta, que aquellos que habían rechazado la invitación. Los que fueron primeramente invitados no podían consentir, pensaban ellos, en sacrificar ninguna ventaja mundanal para asistir al banquete del rey. Y entre los que aceptaron la invitación, había algunos que sólo pensaban en su propio beneficio. Vinieron para disfrutar del banquete, pero no por el deseo de honrar al rey. PVGM 250.1 - PVGM 251.1
Pocos reciben la gracia de Cristo con humillación de sí mismos, con un profundo y permanente conocimiento de su insuficiencia personal. No soportan las manifestaciones del poder de Dios, porque esto estimularía en ellos el amor propio, el orgullo y la envidia. Es por esto que el Señor no puede hacer mucho por nosotros ahora. Dios quisiera que vosotros individualmente buscaseis la perfección del amor y la humildad en vuestros propios corazones. Dedicad el mayor cuidado a vosotros mismos, cultivad las excelencias de carácter que os harán aptos para la asociación con los puros y santos. 5TPI 48.1
Lee Juan 10:17, 18. Compáralo con Gálatas 2:20. ¿Cuál es el mensaje que nos transmiten estos textos?
"Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar." Es decir, mi Padre os ama tanto, que me ama aun más porque doy mi vida para redimiros. Al hacerme vuestro substituto y fiador, mediante la entrega de mi vida, tomando vuestras obligaciones, vuestras transgresiones, se encarece el amor de mi Padre hacia mí.
"Pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, mas yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar." Mientras, como miembro de la familia humana, era mortal, como Dios, era la fuente de la vida para el mundo. Hubiera podido resistir el avance de la muerte y rehusar ponerse bajo su dominio; pero voluntariamente puso su vida para sacar a luz la vida y la inmortalidad. Cargó con el pecado del mundo, soportó su maldición, entregó su vida en sacrificio, para que los hombres no muriesen eternamente. "Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores.... Mas él herido fué por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino: mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros." DTG 447.4 - DTG 448.1
En su resistencia al mal y en su trabajo en favor de los demás, Cristo dio a los hombres un ejemplo de la más alta educación. Reveló a Dios ante sus discípulos de tal manera que realizó en el corazón de ellos una obra especial, como la que él ha estado instándonos a que le dejemos hacer en el nuestro. Son muchos los que al espaciarse tan ampliamente en la teoría, han perdido de vista el poder viviente del ejemplo del Salvador. Le han perdido de vista como el artífice humilde y abnegado. Lo que necesitan es contemplar a Jesús, tener una nueva revelación diaria de su presencia. Necesitan seguir más de cerca su ejemplo de abnegación y sacrificio.
Necesitamos lo que experimentó Pablo cuando escribió: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí". Gálatas 2:20.
El conocimiento de Dios y de Jesucristo expresado en el carácter es la más alta de todas las educaciones. Es la llave que abrirá los portales de la ciudad celestial. Es propósito de Dios que todos los que se visten de Cristo posean este conocimiento. CM 36.1 - CM 36.3
En todas nuestras pruebas, tenemos un Ayudador que nunca nos falta. El no nos deja solos para que luchemos con la tentación, batallemos contra el mal, y seamos finalmente aplastados por las cargas y tristezas. Aunque ahora esté oculto para los ojos mortales, el oído de la fe puede oír su voz que dice: No temas; yo estoy contigo. Yo soy "el que vivo, y he sido muerto; y he aquí que vivo por siglos de siglos."8 He soportado vuestras tristezas, experimentado vuestras luchas, y hecho frente a vuestras tentaciones. Conozco vuestras lágrimas; yo también he llorado. Conozco los pesares demasiado hondos para ser susurrados a ningún oído humano. No penséis que estáis solitarios y desamparados. Aunque en la tierra vuestro dolor no toque cuerda sensible alguna en ningún corazón, miradme a mí, y vivid. "Porque los montes se moverán, y los collados temblarán; mas no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz vacilará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti."9
Por mucho que un pastor pueda amar a sus ovejas, Jesús ama aún más a sus hijos e hijas. No es solamente nuestro pastor; es nuestro "Padre eterno." Y él dice: "Y conozco mis ovejas, y las mías me conocen. Como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre." ¡Qué declaración! Es el Hijo unigénito, el que está en el seno del Padre, a quien Dios ha declarado ser "el hombre compañero mío;"10 y presenta la comunión que hay entre él y el Padre como figura de la que existe entre él y sus hijos en la tierra.
Jesús nos ama porque somos el don de su Padre y la recompensa de su trabajo. El nos ama como a hijos suyos. Lector, él te ama a ti. El Cielo mismo no puede otorgar nada mayor, nada mejor; por tanto, confía.
DTG 446.5 - DTG 447.3