Respondió Jesús y le dijo: —Si alguno me ama, mi palabra guardará. Y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos nuestra morada con él. RVa — Juan 14:23
Los que se humillan e investigan las Escrituras con oración, para conocer y hacer la voluntad de Dios, no tendrán dudas de sus obligaciones para con Dios. Porque "el que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios". Juan 7:17. Si usted conoce el misterio de la piedad, debe seguir la sencilla palabra de verdad, lo sienta o no lo sienta; tenga emoción o no. Hay que rendir obediencia a partir de un sentido del principio, y debe practicarse lo correcto bajo todas las circunstancias. Éste es el carácter que es elegido de Dios para salvación.
En la Palabra de Dios se da la prueba de un cristiano genuino. Dice Jesús: "Si me amáis, guardad mis mandamientos". Juan 14:15. "El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré y me manifestaré a él... El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió". Juan 14:21, 23, 24.
Aquí están las condiciones sobre las cuales cada alma será elegida para la vida eterna. Su obediencia a los mandamientos de Dios demostrará su derecho a la herencia con los santos en luz. Dios ha elegido una cierta excelencia de carácter, y cada uno que, por medio de la gracia de Cristo, alcance la norma de sus requerimientos, tendrá una entrada abundante al reino de la gloria.—Christian Education, 117, 118. SSJ 43.3 - SSJ 43.5
Lee el Salmo 33:5 y el Salmo 145:9. ¿Qué enseñan estos versículos sobre la extensión de la bondad, la compasión y la misericordia de Dios?
Dios nos habla mediante sus obras providenciales y la influencia de su Espíritu Santo en el corazón. En nuestras circunstancias y ambiente, en los cambios que suceden diariamente en torno nuestro podemos encontrar preciosas lecciones, si tan sólo nuestros corazones están abiertos para recibirlas. El salmista, rastreando la obra de la Providencia divina, dice: "La tierra está llena de la misericordia de Jehová."2 "¡Quien sea sabio, observe estas cosas; y consideren todos la misericordia de Jehová!"3 CC 87.2
"El Señor Dios del cielo reclama de nosotros la más alta reverencia. Debemos temer a Dios, amarlo y ser obedientes a todos sus preceptos. Él es perfecto en Su bondad, y lleno de misericordia y compasión, siempre trabajando por el bien y la felicidad de la familia humana; pero sus propios planes, sus propias imaginaciones, son contrarios a la voluntad y al camino de Dios, y de un carácter que destruye el camino de Sus senderos, y hace que su propia sabiduría finita sea prominente en la elección de su camino y su voluntad. El resultado es la infelicidad, el sufrimiento y la decepción eterna. El Señor es bueno para con todos, y sus misericordias están sobre todas sus obras. Él abre su mano y "sacia el deseo de todo ser viviente". Él es el Padre de las misericordias y el Dios de todo consuelo. La tierra está llena de la bondad del Señor". 19MR 323.1
Lee 2 Pedro 3:9, 1 Timoteo 2:4 y Ezequiel 33:11. ¿Qué enseñan estos textos sobre el deseo de Dios de salvar a todos?
Los siervos de Dios deben utilizar todos los medios a su alcance para engrandecer su reino. El apóstol Pablo declara que "es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad... Que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres" 1 Timoteo 2:3-4, 1. Y Santiago agrega: "Sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma y cubrirá multitud de pecados". Santiago 5:20. Cada creyente está comprometido a unirse con sus hermanos para proclamar la invitación: "Venid, que ya todo está preparado". Lucas 14:17. Cada uno debe animar a los demás a realizar un trabajo de todo corazón. Una iglesia viviente está llamada a llevar a la gente invitaciones conmovedoras. Las almas sedientas han de ser conducidas al agua de la vida. 7TPI 17.2
No fijéis vuestra vista en los hombres, ni pongáis vuestra esperanza en ellos, pensando que son infalibles; sino mirad a Jesús constantemente. No digáis nada que desacredite vuestra fe. Confesad vuestros pecados secretos solos ante vuestro Dios. Admitid los desvíos de vuestro corazón ante él, que sabe cómo atender en forma perfecta vuestro caso. Si habéis hecho mal al prójimo, decidle a él vuestro pecado y manifestad el fruto de ello haciendo restitución. Luego reclamad la bendición. Venid ante Dios tal como sois, y Permitid que él sane vuestras dolencias. Presentad con insistencia vuestro caso ante el trono de la gracia; que la obra sea completa. Sed sinceros al tratar con Dios y con vuestra propia alma. Si os allegáis a él con un corazón verdaderamente contrito, él os dará la victoria. Entonces podréis dar un dulce testimonio de libertad, expresando alabanzas a Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. El no os malentiende ni os juzga mal. Vuestros compañeros no pueden absolveros del pecado ni limpiaros de la iniquidad. Jesús es el único que os puede brindar la paz. Os amó y se entregó a sí mismo por todos vosotros. Su gran corazón de amor se compadece "de nuestras debilidades". Hebreos 4:15. ¿Hay acaso algún pecado tan enorme que él no pueda perdonar, un alma tan sumida en las tinieblas y tan oprimida por el pecado que él no pueda salvar? El es misericordioso, y no busca ningún mérito en nosotros, sino que conforme a su bondad sin límites sana nuestras apostasías y nos ama sin restricción, siendo nosotros aún pecadores. El es "lento para la ira, y grande en misericordia" (Salmos 86:15; 103:8; 145:8); "paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento" 2 Pedro 3:9. 5TPI 610.1
Lee Deuteronomio 7:6-9. ¿Qué enseñan estos versículos sobre la relación entre el hecho de que Dios haga pactos y la bondad amorosa de Dios?
"Porque pregunta ahora si en los tiempos pasados que han sido antes de ti, desde el día en que creó Dios al hombre sobre la tierra, si desde un extremo del cielo al otro se ha hecho cosa semejante a esta gran cosa, o se haya oído otra como ella. ¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, sin perecer? ¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores, como todo lo que hizo con vosotros Jehová, vuestro Dios, en Egipto ante tus ojos? A ti te fue mostrado, para que supieras que Jehová es Dios y que no hay otro fuera de él". Deuteronomio 4:32-35.
"No por ser vosotros el más numeroso de todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos, sino porque Jehová os amó y quiso guardar el juramento que hizo a vuestros padres; por eso os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de la servidumbre, de manos del faraón, rey de Egipto. Conoce, pues, que Jehová, tu Dios, es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta por mil generaciones". Deuteronomio 7:7-9.
Los israelitas habían estado dispuestos a culpar a Moisés por todas sus dificultades; pero ahora se habían eliminado todas las sospechas que tenían de que él estuviera dominado por el orgullo, la ambición o el egoísmo, y escucharon sus palabras con toda confianza. Moisés les presentó fielmente todos sus errores, y las transgresiones de sus padres. A menudo habían sentido impaciencia y rebeldía por causa de su larga peregrinación en el desierto; pero no podía acusarse al Señor por esta demora en tomar posesión de Canaán; él lamentaba más que ellos el no haber podido ponerlos inmediatamente en posesión de la tierra prometida, y así demostrar a todas las naciones cuán grande era su poder para librar a su pueblo. Debido a su falta de confianza en Dios, a su orgullo y a su incredulidad, no habían estado preparados para entrar en la tierra de Canaán. En ninguna manera representarían a aquel pueblo cuyo Dios era Jehová; porque no tenían su carácter de pureza, bondad y benevolencia. Si sus padres hubieran acatado con fe la dirección de Dios, dejándose gobernar por sus juicios y andando en sus estatutos, se habrían establecido en Canaán mucho tiempo antes como un pueblo próspero, santo y feliz. Su tardanza en entrar en la buena tierra deshonró a Dios, y menoscabó su gloria ante los ojos de las naciones circundantes. PP 440.5 - PP 441.2
Lee Oseas 9:15, Jeremías 16:5, Romanos 11:22 y Judas 21. ¿Qué enseñan estos textos acerca de si los beneficios del amor de Dios pueden rechazarse -incluso perderse?
Pablo compara el residuo de Israel a un noble olivo, algunas de cuyas ramas habían sido cortadas. Compara a los gentiles a las ramas de un olivo silvestre, injertadas en la cepa madre. "Que si algunas de las ramas fueron quebradas—escribe a los creyentes gentiles,—y tú, siendo acebuche, has sido ingerido en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la grosura de la oliva; no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. Pues las ramas, dirás, fueron quebradas para que yo fuese ingerido. Bien: por su incredulidad fueron quebrados, mas tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, antes teme, que si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco no perdone. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios: la severidad ciertamente en los que cayeron; mas la bondad para contigo, si permanecieres en la bondad; pues de otra manera tú también serás cortado."
Por la incredulidad y el rechazamiento del propósito del Cielo para con él, Israel como nación había perdido su relación con Dios. Pero Dios podía unir a la verdadera cepa de Israel las ramas que habían sido separadas de la cepa madre: el residuo que había permanecido fiel al Dios de sus padres. "Y aun ellos—declara el apóstol respecto a las ramas quebradas,—si no permanecieren en incredulidad, serán ingeridos; que poderoso es Dios para volverlos a ingerir." "Si tú—escribe a los gentiles—eres cortado del natural acebuche, y contra natura fuiste ingerido en la oliva, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán ingeridos en su oliva? "Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis acerca de vosotros mismos arrogantes: que el endurecimiento en parte ha acontecido en Israel, hasta que haya entrado la plenitud de los Gentiles… HAp 303.1 - HAp 303.2
"Dios no hace acepción de personas. Él honrará a los que le honran. De los que obedecen sus mandamientos está escrito: 'Estáis completos en él'. Cooperan con él en la obra de la salvación del alma. Dios les dice. Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. Y de unos tened compasión, haciendo diferencia; y a otros salvad con temor, apartándolos del fuego; aborreciendo aun el vestido manchado por la carne.'" RH 1 de julio de 1902, Art. A, par. 9
Lee 1 Juan 4:7-20, con especial atención a los versículos 7 y 19. ¿Qué nos dice esto sobre la prioridad del amor de Dios? ¿Qué nos dice esto sobre la prioridad del amor de Dios?
"La gracia de Dios es el tema principal del Evangelio. La gracia de Dios es la manifestación de su amor, un amor que hace posible, por medio de Cristo, la salvación del hombre caído, hace posible la unión y la cooperación de la humanidad con la divinidad". ST 12 de agosto de 1908, par. 1
"No porque nosotros le hayamos amado primero, Cristo nos amó; sino que "siendo aún pecadores", murió por nosotros. No nos trata según nuestro desierto. Aunque nuestros pecados han merecido condenación, Él no nos condena. Año tras año ha soportado nuestra debilidad e ignorancia, nuestra ingratitud y extravío; a pesar de nuestros extravíos, nuestra dureza de corazón, nuestro descuido de su Santa Palabra, su mano sigue tendida. ST 12 de agosto de 1908, par. 2
"¡A qué costo infinito para el Padre y para el Hijo fue hecha la misericordiosa y maravillosa provisión para nuestra redención! Cristo descendió de su elevada posición de Comendador en los atrios celestiales y, dejando a un lado su manto real y su corona real, revistió su divinidad de humanidad y vino a esta tierra para morar con nosotros y dar a los hombres y mujeres la gracia de vencer como Él venció. La desobediencia de Adán al creer en la falsedad de Satanás costó la vida del Hijo de Dios; pero a pesar del grande e inconmensurable costo, el amor y la bondad de Dios resplandecen más que incluso en la primera creación. "Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia". ST 12 de agosto de 1908, par. 3
"El Señor Dios a través de Jesucristo extiende su mano durante todo el día en invitación a los pecadores y a los caídos. Él recibirá a todos. A todos da la bienvenida. Es Su gloria perdonar al principal de los pecadores. Él tomará la presa del poderoso; Él liberará al cautivo; Él arrancará el tizón de la hoguera; Él bajará la cadena de oro de Su misericordia a las profundidades más bajas de la miseria y la desdicha humanas, y levantará el alma envilecida contaminada por el pecado. ST 12 de agosto de 1908, par. 4
"Todo ser humano es objeto de amoroso interés para Aquel que dio su vida para poder devolver los hombres a Dios. Las almas culpables e indefensas, susceptibles de ser destruidas por las artes y asechanzas de Satanás, son cuidadas como un pastor cuida de las ovejas de su rebaño." ST 12 de agosto de 1908, par. 5
Lee Juan 15:12, 1 Juan 3:16 y 1 Juan 4:7-12. ¿Qué enseñan estos pasajes sobre la relación entre el amor de Dios, nuestro amor a Dios y el amor a los demás?
Cristo había mandado a los primeros discípulos que se amasen unos a otros como él los había amado. Así debían testificar al mundo que Cristo, la esperanza de gloria, se había desarrollado en ellos. "Un mandamiento nuevo os doy—había dicho:—Que os améis unos a otros: como os he amado, que también os améis los unos a los otros." Juan 13:34. Cuando se dijeron esas palabras, los discípulos no las pudieron entender; pero después de presenciar los sufrimientos de Cristo, después de su crucifixión, resurrección y ascensión al cielo, y después que el Espíritu Santo descendió sobre ellos en Pentecostés, tuvieron un claro concepto del amor de Dios y de la naturaleza del amor que debían tener el uno con el otro. Entonces Juan pudo decir a sus condiscípulos:
"En esto hemos conocido el amor, porque él puso su vida por nosotros: también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos."
Después que descendió el Espíritu Santo, cuando los discípulos salieron a proclamar al Salvador viviente, su único deseo era la salvación de las almas. Se regocijaban en la dulzura de la comunión con los santos. Eran compasivos, considerados, abnegados, dispuestos a hacer cualquier sacrificio por la causa de la verdad. En su asociación diaria, revelaban el amor que Cristo les había enseñado. Por medio de palabras y hechos desinteresados, se esforzaban por despertar ese sentimiento en otros corazones.
Los creyentes habían de cultivar siempre un amor tal. Tenían que ir adelante en voluntaria obediencia al nuevo mandamiento. Tan estrechamente debían estar unidos con Cristo que pudieran sentirse capacitados para cumplir todos sus requerimientos. Sus vidas magnificarían el poder del Salvador, quien podía justificarlos por su justicia. HAp 436.3 - HAp 437.3
Ezequiel 36:17 - RVa — Ezequiel 36:31
17 "Oh hijo de hombre, cuando la casa de Israel habitaba en su tierra, la contaminaban con su conducta y sus obras. Su conducta delante de mí fue como la inmundicia de una mujer menstruosa.
18 Y yo derramé mi ira sobre ellos, por la sangre que derramaron sobre la tierra y porque la contaminaron con sus ídolos.
19 Los dispersé por las naciones, y fueron esparcidos por los países. Los juzgué conforme a su conducta y a sus obras.
20 Pero cuando llegaron a las naciones a donde fueron, profanaron mi santo nombre cuando se decía de ellos: '¡Estos son el pueblo de Jehovah, pero de la tierra de él han salido!'
21 He tenido dolor al ver mi santo nombre profanado por la casa de Israel en las naciones adonde fueron.
22 Por tanto, di a la casa de Israel que así ha dicho el Señor Jehovah: 'Yo no lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, al cual habéis profanado en las naciones adonde habéis llegado.
23 Yo mostraré la santidad de mi gran nombre que fue profanado en las naciones, en medio de las cuales vosotros lo profanasteis. Y sabrán las naciones que soy Jehovah, cuando yo muestre mi santidad en vosotros a vista de ellos', dice el Señor Jehovah.
24 "Yo, pues, os tomaré de las naciones y os reuniré de todos los países, y os traeré a vuestra propia tierra.
25 Entonces esparciré sobre vosotros agua pura, y seréis purificados de todas vuestras impurezas. Os purificaré de todos vuestros ídolos.
26 Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.
27 Pondré mi Espíritu dentro de vosotros y haré que andéis según mis leyes, que guardéis mis decretos y que los pongáis por obra.
28 Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.
29 Os libraré de todas vuestras impurezas. Llamaré al trigo y lo multiplicaré, y no os someteré más al hambre.
30 Multiplicaré, asimismo, el fruto de los árboles y el producto de los campos, para que nunca más recibáis afrenta entre las naciones, por causa del hambre.
31 Entonces os acordaréis de vuestros malos caminos y de vuestros hechos que no fueron buenos, y os detestaréis a vosotros mismos por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones. RVa — Ezequiel 36:17 - RVa — Ezequiel 36:31