Un comienzo difícil

Lección 3, 3er Trimestre, 12-18 de julio de 2025

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Sábado por la tarde, 12 Julio

Para Memorizar:

“Después Moisés y Aarón se presentaron ante Faraón, y le dijeron: “El Señor, el Dios de Israel, dice así: ‘Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto’”. Y Faraón respondió: “¿Quién es el Señor para que yo obedezca su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco al Señor, ni tampoco dejaré ir a Israel” - Éxodo 5: 1, 2


“Los hebreos habían esperado obtener su libertad sin ninguna prueba especial de su fe, sin penurias ni sufrimientos verdaderos. Pero aun no estaban preparados para la liberación. Tenían poca fe en Dios, y no querían soportar con paciencia sus aflicciones hasta que él creyera conveniente obrar por ellos. Muchos se conformaban con permanecer en la servidumbre, antes que enfrentar las dificultades que acompañarían el traslado a una tierra extraña; y los hábitos de algunos se habían hecho tan parecidos a los de los egipcios que preferían vivir en Egipto. Por lo tanto, el Señor no los liberó mediante la primera manifestación de su poder ante el faraón. Rigió los acontecimientos para que se desarrollara más plenamente el espíritu tiránico del rey egipcio, y para revelarse a su pueblo. Cuando vieran su justicia, su poder y su amor, elegirían dejar a Egipto y entregarse a su servicio. La tarea de Moisés habría sido mucho menos difícil de no haber sido que muchos israelitas se habían corrompido tanto que no querían abandonar Egipto. PP 236.3

Domingo, 13 Julio

¿Quién es el Señor?


¿Cuál fue la respuesta del faraón a la exigencia divina: «Deja ir a mi pueblo» (ver Éxo. 5: 1, 2) y qué es lo significativo de su respuesta?

 “A Moisés se le había dado también un mensaje para el rey. Los dos hermanos entraron en el palacio del faraón como embajadores del Rey de reyes, y hablaron en su nombre: “Jehová, el Dios de Israel, dice así: “Deja ir a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el desierto””. Véase Éxodo 5-11. PP 233.2

“¿Quién es Jehová para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel”. PP 234.1

“Ellos dijeron: “El Dios de los hebreos se nos ha manifestado; iremos, pues, ahora, tres días de camino por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová, nuestro Dios, para que no venga sobre nosotros con peste o con espada””. PP 234.2

"Bajo la mano de Dios, la naturaleza ministra contra los transgresores de las leyes de Dios. Ella guarda sus elementos destructivos en su seno hasta el momento en que irrumpirán para destruir al hombre y purificar la tierra. Cuando el Faraón desafió a Dios por medio de Moisés y Aarón diciendo: "¿Quién es el Señor para que yo obedezca su voz...? No conozco al Señor, ni dejaré ir a Israel", la naturaleza expresó su simpatía con su Hacedor herido, y cooperó con Dios para vengar el insulto a Jehová. Todo Egipto quedó desolado a causa de la obstinada resistencia del Faraón.-Carta 209, 1899". 3MR 344.3

"'Después entraron Moisés y Aarón y dijeron a Faraón: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Deja ir a mi pueblo, para que me celebre banquete en el desierto. Y Faraón dijo: ¿Quién es el Señor, para que yo obedezca su voz de dejar ir a Israel? No conozco a Jehová, ni dejaré ir a Israel. Y ellos dijeron: El Dios de los hebreos se ha reunido con nosotros; vamos, te rogamos, tres días de camino al desierto, y sacrifiquemos al Señor nuestro Dios, no sea que caiga sobre nosotros la peste o la espada'. La petición de Moisés y Aarón era muy modesta. Pidieron ir sólo tres días de viaje. Pero el Faraón se negó a ello con altanería y se declaró totalmente ignorante del Dios de Israel. Pero el Señor se propuso hacer saber al Faraón que su voz debe ser obedecida; que él está por encima de todo, y obligará a los soberbios gobernantes a inclinarse ante su autoridad."

Lunes, 14 Julio

Un comienzo difícil


Lee Éxodo 5: 3 al 23. ¿Cuáles fueron los resultados inmediatos del primer encuentro de Moisés y Aarón con el faraón?

Ya el rey había oído hablar de ellos y del interés que estaban despertando entre el pueblo. Se encendió su ira y les dijo: “Moisés y Aarón, ¿por qué buscáis apartar al pueblo de su trabajo? Volved a vuestras tareas”. Ya el reino había sufrido una gran pérdida debido a la intervención de estos forasteros. Al pensar en ello, añadió: “Ahora que el pueblo de la tierra es numeroso, vosotros queréis apartarlo de sus tareas”. PP 234.3

“El rey, lleno de ira, sospechaba que los israelitas tenían el propósito de rebelarse contra su servicio. El descontento era el resultado de la ociosidad; trataría de que no tuvieran tiempo para dedicarlo a proyectos peligrosos. Inmediatamente dictó medidas para hacer más severo su trabajo y aplastar el espíritu de independencia. El mismo día, ordenó hacer aun más cruel y opresiva su labor.” PP 234.5

“En aquel país el material de construcción más común eran los ladrillos secados al sol; las paredes de los mejores edificios se construían de este material, y luego se recubrían de piedra; y la fabricación de los ladrillos requería una gran cantidad de siervos. Como el barro se mezclaba con paja, para que se adhiriera bien, se requerían grandes cantidades de este último elemento; el rey ordenó ahora que no se suministrara más paja; que los obreros debían buscarla ellos mismos, y esto exigiéndoseles que fabricaran la misma cantidad de ladrillos.” PP 234.6

Lee Éxodo 5: 21 y ponte luego en el lugar de estos hombres cuando confrontaron a Moisés y a Aarón. ¿Por qué dijeron eso?

“Esta orden causó gran consternación entre los israelitas por todos los lugares del país. Los comisarios egipcios habían nombrado a capataces hebreos para dirigir el trabajo del pueblo, y estos capataces eran responsables de la producción de los que estaban bajo su cuidado. Cuando la exigencia del rey se puso en vigor, el pueblo se diseminó por todo el país para recoger rastrojo en vez de paja; pero les fue imposible realizar la cantidad de trabajo acostumbrada. A causa del fracaso, los capataces hebreos fueron azotados cruelmente.” PP 234.7

“Estos capataces creyeron que su opresión venía de sus comisarios, y no del rey mismo; y se presentaron ante este con sus quejas. Su protesta fue recibida por el faraón con un insulto: “Están ociosos. Por eso claman diciendo: “Vamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios””. Se les ordenó regresar a su trabajo, con la declaración de que de ninguna manera se aligerarían sus cargas. Al volver, encontraron a Moisés y a Aarón y clamaron ante ellos: “Que Jehová os examine y os juzgue, pues nos habéis hecho odiosos ante el faraón y sus siervos, y les habéis puesto la espada en la mano para que nos maten”. PP 235.1

Martes, 15 Julio

El divino “yo”


Lee Éxodo 5: 22 a 6: 8. ¿Cuál es la respuesta de Dios a Moisés y qué importantes verdades teológicas se destacan aquí?

“Cuando Moisés oyó estos reproches se afligió mucho. Los sufrimientos del pueblo habían aumentado en gran manera. Por toda la tierra se elevó un grito de desesperación de ancianos y jóvenes, y todos se unieron para culparlo a él por el desastroso cambio de su condición. Con amargura de alma Moisés clamó a Dios: “Señor, ¿por qué afliges a este pueblo? ¿Para qué me enviaste?, porque desde que yo fui al faraón para hablarle en tu nombre, ha afligido a este pueblo, y tú no has librado a tu pueblo”. “Jehová respondió a Moisés: “Ahora verás lo que yo haré al faraón, porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuerte los echará de su tierra””. Otra vez le recordó el pacto hecho con sus padres, y le aseguró que sería cumplido.” PP 235.2

“Los ancianos de Israel trataron de sostener la desfalleciente fe de sus hermanos, repitiéndoles las promesas hechas a sus padres, y las palabras proféticas con que, antes de su muerte, José predijo la liberación de su pueblo de Egipto. Algunos escucharon y creyeron. Otros, mirando las circunstancias que los rodeaban, se negaron a tener esperanza. Los egipcios, al saber lo que pasaba entre sus siervos, se mofaron de sus esperanzas y desdeñosamente negaron el poder de su Dios. Les señalaron su situación de pueblo esclavo, y dijeron burlonamente: “Si vuestro Dios es justo y misericordioso y posee más poder que los dioses de Egipto, ¿por qué no os libra?” Los egipcios se jactaban de su propia situación. Adoraban deidades que los israelitas llamaban dioses falsos, y no obstante eran una nación rica y poderosa. Afirmaban que sus dioses los habían bendecido con prosperidad, y les habían dado a los israelitas como siervos, y se vanagloriaban de su poder de oprimir y destruir a los adoradores de Jehová. El mismo faraón mismo se jactó de que el Dios de los hebreos no podía librarlos de su mano.” PP 236.1

“Estas palabras destruyeron las esperanzas de muchos israelitas. Les parecía que su caso era como lo presentaban los egipcios. Es verdad que eran esclavos, y habían de sufrir todo lo que sus crueles comisarios quisieran imponerles. Sus hijos habían sido apresados y muertos, y la vida misma les era una carga. No obstante, adoraban al Dios del cielo. Si Jehová estuviese sobre todos los otros dioses, ciertamente no permitiría que fueran siervos de los idólatras. Pero los que eran fieles comprendieron que por haberse Israel apartado de Dios, y por su inclinación a casarse con idólatras y dejarse llevar a la idolatría, el Señor había permitido que llegaran a ser esclavos; y confiadamente aseguraron a sus hermanos que Dios pronto rompería el yugo del opresor.” PP 236.2

Miércoles, 16 Julio

Labios incircuncisos


Lee Éxodo 6: 9 al 13. ¿Qué sucedió después y qué lecciones podemos extraer de esta historia acerca de los momentos de decepción y lucha en nuestra vida?

“El Señor le indicó a Moisés que volviera ante el pueblo y le repitiera la promesa de la liberación, con nuevas garantías del favor divino. Hizo lo que se le mandó; pero ellos no quisieron prestarle atención. Dice la Escritura: “Pero ellos no escuchaban [...], debido al desaliento que los embargaba a causa de la dura servidumbre”. De nuevo llegó el mensaje divino a Moisés: “Entra y dile al faraón, rey de Egipto, que deje ir de su tierra a los hijos de Israel”. Desalentado contestó: “Los hijos de Israel no me escuchan, ¿cómo me escuchará el faraón?”. Se le dijo que llevara a Aarón consigo, y que se presentara ante el faraón, para pedir otra vez “que deje ir de su tierra a los hijos de Israel”.” PP 237.1

“Se le dijo que el monarca no cedería hasta que Dios visitara con sus juicios a Egipto y sacara a Israel mediante una poderosa manifestación de su poder. Antes de enviar cada plaga, Moisés había de describir su naturaleza y sus efectos, para que el rey se salvara de ella si quería. Todo castigo despreciado sería seguido de uno más severo, hasta que su orgulloso corazón se humillara, y reconociera al Creador del cielo y de la tierra como el Dios verdadero y viviente. El Señor iba a dar a los egipcios la oportunidad de ver cuán vana era la sabiduría de sus hombres fuertes, cuán débil el poder de sus dioses, que se oponían a los mandamientos de Jehová. Castigaría al pueblo egipcio por su idolatría, y anularía las supuestas bendiciones que decían recibir de sus dioses inanimados. Dios glorificaría su propio nombre para que otras naciones oyeran de su poder y temblaran ante sus prodigios, y para que su pueblo se apartara de la idolatría y le tributara verdadera adoración.” PP 237.2

Cuando las cosas van contrario a la voluntad y los caminos de uno, hoy día la mayoría de los cristianos le dan el crédito al diablo. Sólo cuando las cosas van de acuerdo a su gusto le dan el crédito a Dios. Balaam también estaba contento cuando se abrió el camino para que fuera a Balac, pero cuando el ángel del Señor bloqueó el camino por el cual él estaba viajando, entonces Balaam se puso tan enojado como un perro y golpeó al asno.

No, nada sino usted mismo puede derrotar los planes de Dios para usted. Sean sus amigos o sus enemigos, sean bestias o reyes, los encontrará a todos inconsciente o conscientemente obrando para su bien en lugar que para su daño si usted esta haciendo lo que Dios ordena. ¡Qué rico recurso es el cielo! ¡Y quién lo sabe!

Recuerde ahora, que lo que pueda estar en su camino, sea el Mar Rojo o el Río Jordán, sea una montaña o un desierto, vendrá a ser su paso hacia adelante.

Jueves, 17 Julio

Como Dios para faraón


Lee Éxodo 6: 28 a 7: 7. ¿Cómo responde el Señor a la objeción de Moisés?

"Moisés estaba algo desanimado. En su desaliento, preguntó al Señor: Si los hijos de Israel, tu pueblo circuncidado, no me escuchan, ¿cómo me escuchará Faraón, que es incircunciso e idólatra? "Y Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido Dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta. Tú dirás todo lo que yo te mande, y Aarón tu hermano hablará a Faraón, para que envíe a los hijos de Israel fuera de su tierra. Y endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré mis señales y mis prodigios en la tierra de Egipto. Pero Faraón no os escuchará, para que yo ponga mi mano sobre Egipto y saque mis ejércitos y a mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto con grandes juicios. Y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando extienda mi mano sobre Egipto, y saque de en medio de ellos a los hijos de Israel. Y Moisés y Aarón hicieron como el Señor les mandó, así lo hicieron". 3SG 203.2

"El Señor dijo a Moisés que los signos y prodigios que debía mostrar ante el faraón endurecerían su corazón, porque no los recibiría, y Dios multiplicaría sus signos. Cada castigo que el rey rechazara traería el siguiente castigo más cercano y severo, hasta que el orgulloso corazón del rey sería humillado, y debería reconocer al Hacedor de los cielos y de la tierra como el Dios vivo y todopoderoso." 3SG 204.1

“Otra vez Moisés y Aarón entraron en los señoriales salones del rey de Egipto. Allí, rodeados de altas columnas y relucientes adornos, de bellas pinturas y esculturas de los dioses paganos, ante el monarca del reino más poderoso de aquel entonces, estaban de pie los dos representantes de la raza esclavizada, con el objeto de repetir el mandato de Dios que requería que Israel fuera librado.” PP 237.3

Friday, July 18

Further Thought

"Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a una nación rebelde que se ha rebelado contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí, hasta el día de hoy. Porque son niños insolentes y duros de corazón. Yo te envío a ellos, y tú les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor. Y ellos, oigan o no oigan (porque son una casa rebelde), sabrán que ha habido un profeta entre ellos. Y tú, hijo de hombre, no los temas, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te acompañen zarzas y espinos, y habites entre escorpiones; no temas sus palabras, ni te asustes de sus miradas, aunque sean una casa rebelde. Y les hablarás mis palabras, si oirán o si se abstendrán; porque son muy rebeldes." - Ezequiel 2:2-7

“Díjome luego: Hijo del hombre, ve y entra á la casa de Israel, y habla á ellos con mis palabras. Porque no eres enviado á pueblo de habla profunda ni de lengua difícil, sino á la casa de Israel. No á muchos pueblos de profunda habla ni de lengua difícil, cuyas palabras no entiendas; y si á ellos te enviara, ellos te oyeran. Mas la casa de Israel no te querrán oir, porque no me quieren oír á mí: porque toda la casa de Israel son tiesos de frente, y duros de corazón. “ - Ezequiel 3:4-7

La condenación de Apocalipsis 3:14-18 contra los Laodicenses, y la condenación de Ezequiel 2:1-7 y Ezequiel 3:7 contra “la casa de Israel”, siendo la misma, por lo tanto, la una es el complemento de la otra: la una es una Revelación de esta de la cual la otra es la profecía.