La fórmula del éxito

Lição 1, 4º Trimestre, 27 de Setembro a 3 de Outubro de 2025

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Tarde de sábado 27 Septiembre

Para memorizar:

“Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.” RVR1960 — Josué 1:7


“Josué era ahora el jefe reconocido de Israel. Se había distinguido principalmente como guerrero, y sus dones y virtudes resultaban de un valor especial en esta etapa de la historia de su pueblo. Valeroso, decidido y perseverante, pronto para actuar, incorruptible, despreocupado de los intereses egoístas en su solicitud por aquellos encomendados a su protección y, sobre todo, inspirado por una viva fe en Dios, tal era el carácter del hombre escogido divinamente para dirigir los ejércitos de Israel en su entrada triunfal en la tierra prometida. Durante la permanencia en el desierto, sirvió como primer ministro de Moisés, y por su fidelidad serena y humilde, su perseverancia cuando otros flaqueaban, su firmeza para sostener la verdad en medio del peligro, había dado evidencias de su capacidad para suceder a Moisés aun antes de ser llamado a ese puesto por la voz de Dios.” PP 458.2

Domingo 28 Septiembre

Un nuevo Moisés


Lea Deuteronomio 18:15-22 y Josué 1:1-9. ¿Por qué es significativo que el libro de Josué comience repitiendo una promesa relacionada con lo que sucedería después de la muerte de Moisés?

“Con gran ansiedad y desconfianza de sí mismo, Josué había mirado la obra que le esperaba; pero Dios eliminó sus temores al asegurarle: “como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé. [...] Tú repartirás a este pueblo como heredad la tierra que juré dar a sus padres”. “Yo os he entregado, tal como lo dije a Moisés, todos los lugares que pisen las plantas de vuestros pies”. Véase Josué 1-4. Había de ser suya toda la tierra que se extendía hasta las alturas del Líbano en la lejanía, hasta las playas de la gran mar, y hasta las orillas del Eufrates en el este.” PP 458.3

Lea Éxodo 33:11; Números 14:6, 30, 38; Números 27:18; Números 32:12; Deuteronomio 1:38; Deuteronomio 31:23; y Deuteronomio 34:9. ¿Qué nos dicen estos textos acerca de Josué?

“Josué fue elegido por Dios para ser el sucesor de Moisés en el liderazgo del pueblo hebreo hacia la tierra prometida. Fue consagrado solemnemente para la importante tarea futura de guiar, como un pastor fiel, al pueblo de Israel. “Y Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él. Y los hijos de Israel le escucharon y hicieron como el Señor había mandado a Moisés”. Y dio instrucciones a Josué ante toda la congregación de Israel: “Sé fuerte y valiente, porque tú llevarás a los hijos de Israel a la tierra que les prometí, y yo estaré contigo”. Habló a Josué en nombre de Dios. También reunió ante él a los ancianos y oficiales de las tribus, y les encargó solemnemente que actuaran con justicia y rectitud en sus oficios religiosos, y que obedecieran fielmente todas las instrucciones que él les había dado de parte de Dios. Llamó al cielo y a la tierra para que dieran testimonio contra ellos, de que si se apartaban de Dios y transgredían sus mandamientos, él estaba libre de culpa, pues les había instruido y advertido fielmente.” 1SP 335.1

Lunes 29 Septiembre

¡Pasa! ¡Posee! ¡Reparte! ¡Sirve!


Lea Josué 1. ¿Qué podemos aprender sobre la estructura del libro a partir de este capítulo inicial?

“A esta promesa se agregó el mandamiento: “Solamente esfuérzate, y sé muy valiente, cuidándote de obrar conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó”. Además le ordenó el Señor: “No te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la Ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que está escrito en él, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien”.” PP 458.4

“Los israelitas seguían acampados en la margen oriental del Jordán, y este río presentaba la primera barrera para la ocupación de Canaán. “Levántate”, había sido el primer mensaje de Dios a Josué, “y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel”. No se les dio ninguna instrucción acerca de cómo habían de cruzar el río. Josué sabía, sin embargo, que el Señor haría posible para su pueblo la ejecución de cualquier cosa por él ordenada, y con esta fe el intrépido caudillo inició inmediatamente los arreglos pertinentes para avanzar. PP 458.5

“A pocas millas más allá del río, exactamente frente al sitio donde los israelitas estaban acampados, se hallaba la grande y muy fortificada ciudad de Jericó. Era prácticamente la llave de todo el país, y representaba un obstáculo formidable para el éxito de Israel. Josué envió, por lo tanto, a dos jóvenes como espías para que visitaran la ciudad, y para que averiguaran algo acerca de su población, sus recursos y la solidez de sus fortificaciones. Los habitantes de la ciudad, aterrorizados y suspicaces, se mantenían en constante alerta y los mensajeros corrieron gran peligro. Fueron, sin embargo, salvados por Rahab, mujer de Jericó que arriesgó con ello su propia vida. En retribución de su bondad, ellos le hicieron una promesa de protección para cuando la ciudad sea conquistada. PP 459.1

“Los espías regresaron sin novedad, con las siguientes noticias: “Jehová ha entregado toda la tierra en nuestras manos; todos los habitantes del país tiemblan”. Se les había dicho en Jericó: “Hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y también lo que habéis hecho con los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, con Sehón y Og, a los cuales habéis destruido. Al oír esto ha desfallecido nuestro corazón, y no ha quedado hombre alguno con ánimo para resistiros, porque Jehová, vuestro Dios, es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra”.” PP 459.2

Martes 30 Septiembre

Herederos de las promesas


Lea Josué 1:4-6 y Hebreos 6:17, 18. En ese momento, la Tierra Prometida era exactamente eso, una promesa. Sin embargo, Dios la llama herencia. ¿Qué significa ser herederos de las promesas de Dios?

“Se le presentó luego una visión panorámica de la tierra prometida. Cada parte del país quedó desplegada ante sus ojos, no en realce débil e incierto en la vaga lejanía, sino en lineamientos claros y bellos que se destacaban ante sus ojos encantados. En esta escena se le presentó esa tierra, no con el aspecto que tenía entonces sino como había de llegar a ser bajo la bendición de Dios cuando sea posesión de Israel. Le pareció estar contemplando un segundo Edén. Había allí montañas cubiertas de cedros del Líbano, colinas que asumían el color gris de sus olivares y la fragancia agradable de la viña, extensas y verdes planicies esmaltadas de flores y fructíferas; aquí se veían las palmeras de los trópicos, allá los undosos campos de trigo y cebada, valles asoleados en los que se oía la música del murmullo armonioso de los arroyos y los dulces trinos de las aves, buenas ciudades y bellos jardines, lagos ricos en “la abundancia de los mares”, rebaños que pacían en las laderas de las colinas, y hasta entre las rocas los dulces tesoros de las abejas silvestres. Era ciertamente una tierra semejante a la que Moisés, inspirado por el Espíritu de Dios, le había descrito a Israel: “Bendita de Jehová sea tu tierra, con lo mejor de los cielos, con el rocío y con el abismo que está abajo. Con los más escogidos frutos del sol [...], con el fruto más fino de los montes antiguos [...], con las mejores dádivas de la tierra y su plenitud”. Deuteronomio 33:13-16.” PP 450.3

“Moisés vio al pueblo escogido establecido en Canaán, cada tribu en posesión de su propia heredad. Alcanzó a divisar su historia después que se establecieran en la tierra prometida; la larga y triste historia de su apostasía y castigo se extendió ante él. Vio a esas tribus dispersadas entre los paganos a causa de sus pecados, y a Israel privado de la gloria, con su bella ciudad en ruinas, y su pueblo cautivo en tierras extrañas. Los vio restablecidos en la tierra de sus mayores, y por último, dominados por Roma. PP 451.1

“Antes de que comenzara la distribución de la tierra, Caleb, acompañado de los jefes de su tribu, presentó una petición especial. Con excepción de Josué, era Caleb el hombre más anciano de Israel. Ambos habían sido entre los espías los únicos que trajeron un buen informe acerca de la tierra prometida, y animaron al pueblo a que subiera y la poseyera en nombre del Señor. Caleb le recordó ahora a Josué la promesa que se le hizo entonces como galardón por su fidelidad: “Ciertamente la tierra que pisó tu pie será para ti y para tus hijos como herencia perpetua, por cuanto te mantuviste fiel a Jehová, mi Dios”. Josué 14:9. Por consiguiente solicitó que se le diera Hebrón como posesión. Allí habían residido muchos años Abraham, Isaac y Jacob; allí, en la cueva de Macpela, habían sido sepultados. Hebrón era la capital de los temibles anaceos, cuyo aspecto formidable tanto había amedrentado a los espías y, por su medio, anonadado el valor de todo Israel. Este sitio, sobre todos los demás, era el que Caleb, confiado en el poder de Dios, eligió por heredad.” PP 488.5

La promesa de la tierra (la Canaán celestial) es para la simiente de Abrahán. Jesús dijo: “Si fuerais hijos de Abrahán, las obras de Abrahán haríais. [Si no fuerais los hijos de Abrahán] Vosotros de vuestro padre el diablo sois, y los deseos de vuestro padre queréis cumplir”. Véase Juan 8:39-44. (Haciendo las obras de Abrahán), “Ciertamente de Abrahán sois, y conforme a la promesa los herederos”. Gálatas 3:29.

Miércoles 1 Octubre

¡Esfuérzate y sé valiente!


Lea Josué 1:7–9. ¿Por qué el Señor tuvo que enfatizar dos veces a Josué que debía ser fuerte y valiente?

“Los hebreos habían entrado en la tierra de Canaán, pero no la habían subyugado; y a juzgar por las apariencias humanas, habría de ser larga y difícil la lucha para apoderarse de la tierra. La habitaba una raza poderosa, dispuesta a oponerse a la invasión de su territorio. Estas tribus estaban unidas por su temor a un peligro común. Sus caballos y sus carros de guerra construidos de hierro, su conocimiento del terreno y su preparación bélica les daban una gran ventaja. Además, la tierra estaba resguardada por fortalezas, por “ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo”. Deuteronomio 9:1. Únicamente con la garantía de una fuerza que no era la suya, podían alentar los israelitas la esperanza de obtener éxito en el conflicto inminente.” PP 463.1

Lea Efesios 6:10-18. Aunque hoy en día no se nos exige participar en combates militares, ¿cómo podemos aplicar las palabras de aliento que se le dieron a Josué en nuestras luchas espirituales diarias?

“Una de las mayores fortalezas de la tierra, la grande y rica ciudad de Jericó, se hallaba frente a ellos, a poca distancia de su campamento de Gilgal. Situada en la margen de una llanura fértil en la que abundaban los ricos y diversos productos de los trópicos, esta ciudad orgullosa, cuyos palacios y templos eran morada del lujo y del vicio, desafiaba al Dios de Israel desde sus macizos baluartes. Jericó era una de las sedes principales de la idolatría, y se dedicaba especialmente al culto de Astarté, diosa de la luna. Allí se concentraban los ritos más viles y degradantes de la religión de los cananeos. El pueblo de Israel que tenía aun fresco el recuerdo de las consecuencias terribles del pecado que cometiera en Bet-peor, no podía contemplar esta ciudad pagana sino con repugnancia y horror. PP 463.2

“Josué veía que la toma de Jericó debía ser el primer paso en la conquista de Canaán. Pero ante todo buscó una garantía de la dirección divina; y ella le fue concedida. Se retiró del campamento para meditar y pedir en oración que el Dios de Israel fuera delante de su pueblo, vio a un guerrero armado, de alta estatura y aspecto imponente, “el cual tenía una espada desnuda en su mano”. A la pregunta desafiante de Josué: “¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?”, contestó: “sino que he venido como Príncipe del ejército de Jehová”. Véase Josué 5-7. La misma orden que se había dado a Moisés en Horeb: “Quita tus zapatos de tus pies, porque el lugar en que estás, es santo” reveló el carácter verdadero del misterioso forastero. Era Cristo, el Sublime, quien estaba delante del jefe de Israel. Dominado por santo temor, Josué cayó sobre su rostro, adoró, y tras oír la promesa: “Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra”, recibió instrucciones respecto a la toma de la ciudad.” PP 464.1

Jueves 2 Octubre

Próspero y exitoso


Lea Josué 1:7-9 junto con Génesis 24:40, Isaías 53:10 y Salmos 1:13. Según estos textos, ¿qué significa ser próspero y exitoso?

He aquí instrucciones positivas que alcanzan hasta nuestro propio tiempo. Dios nos habla en estos últimos días, y hemos de entenderle y obedecerle. Dios habló a Israel a través de sus siervos: “Que no se aparte de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche has de meditar en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”. Josué 1:8. “La ley de Jehová es perfecta, que reconforta el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo”. Salmos 19:7. “Al abrirse, iluminan tus palabras; hacen entender a los sencillos”. Salmos 119:130. “Lámpara es a mis pies tu Palabra, y lumbrera a mi camino”. Salmos 119:105” 5TPI 307.4

Lee Romanos 3:31. ¿Qué dice este texto sobre la relación entre la ley y la fe?

“Porque no son los oidores de la ley [la ley de los 10 mandamientos] los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.” Rom. 2:13.

A continuación, Pablo explica que nadie es realmente justificado por el cumplimiento de la ley (el decálogo) en sí misma, sino que esta señala la transgresión del pecador, pronuncia su condena y lo envía condenado a Cristo, su Salvador, quien solo, por los méritos de su sangre expiatoria derramada en nombre de todos los pecadores, puede perdonarlo, justificarlo y santificarlo. Así escribe el apóstol:

“Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado [no el perdón del mismo]. Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús....¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.” Rom. 3:20-24, 31.

Viernes 3 Octubre

Para meditar y estudiar

“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Josué 1:8. CV 116.1

“Si los hombres caminan en el sendero que Dios les ha señalado, tendrán un consejero cuya sabiduría está por encima de toda sabiduría humana. Josué era un general sabio porque Dios era su guía. La primera espada que Josué usó fue la espada del Espíritu, la Palabra de Dios... CV 116.2

“Debido a que Josué tendría que hacer frente a las influencias más fuertes que se levantarían en contra de sus principios de justicia, el Señor misericordiosamente le encomendó que no se apartara ni a diestra ni a siniestra. Debía seguir un camino de estricta integridad... Si no hubiera habido peligro delante de Josué, Dios no le hubiera repetido una y otra vez que fuese valiente. Pero en medio de todas sus inquietudes, Josué tenía su Dios para guiarle. CV 116.3

“No hay mayor engaño para un hombre que suponer que en cualquier dificultad puede encontrar un guía mejor que Dios, un consejero más sabio en cualquier emergencia, una defensa más fuerte bajo cualquier circunstancia.—The S.D.A. Bible Commentary 2:993. CV 116.4

“El Señor tiene una gran obra para ser hecha en este mundo. La obra de Dios ha sido dada a cada hombre para que la realice. Pero el hombre no debe hacer del hombre su guía, para que no sea conducido por el mal camino; esto es siempre inseguro. Mientras la religión de la Biblia incluye los principios de la actividad en el servicio, al mismo tiempo está la necesidad de pedir sabiduría diariamente de la Fuente de toda sabiduría. ¿Cuál fue la victoria de Josué? Meditarás en la Palabra de Dios de día y de noche. La palabra del Señor llegó a Josué precisamente antes que pasara el Jordán... Este era el secreto de la victoria de Josué. Hizo de Dios su guía.—Ibid. CV 116.5

“Los que ocupan cargos de consejeros debieran ser hombres generosos, hombres de fe, hombres de oración, hombres que busquen diligentemente luz e inteligencia para comprender cuál es la mejor manera de desempeñar su cometido. Josué, el dirigente de Israel, escudriñó diligentemente los libros en los cuales Moisés había anotado fielmente las instrucciones impartidas por Dios... para no actuar imprudentemente.—Ibid. 993, 994. CV 116.6