Cómo vivir la Ley

Lección 9, 3er trimestre, 23-29 de agosto de 2025

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Sábado por la Tarde 23 Agosto

Para memorizar:

«El Señor dijo a Moisés: “Así dirás a los israelitas: Ustedes han visto que les hablé desde el cielo. No hagan ningún dios de plata ni de oro para ponerlo junto a mí”» (Éxo. 20: 22, 23).


El Señor manda por el mismo profeta: “Ata el rollo del testimonio, y sella la ley entre mis discípulos”. Isaías 8:16 (VM). El sello de la ley de Dios se encuentra en el cuarto mandamiento. Este es el único de los Diez Mandamientos que contiene tanto el nombre como el título del Legislador. Declara que es el Creador del cielo y de la tierra, y revela así el derecho que tiene para ser reverenciado y adorado sobre todos los demás. Aparte de este precepto, no hay nada en el Decálogo que muestre qué autoridad fue la que promulgó la ley. Cuando el día de reposo fue cambiado por el poder del papa, se le quitó el sello a la ley. Los discípulos de Jesús están llamados a restablecerlo elevando el sábado del cuarto mandamiento a su lugar legítimo como institución conmemorativa del Creador y signo de su autoridad. CS 446.1

“¡A la ley y al testimonio!” Aunque abundan las doctrinas y teorías contradictorias, la ley de Dios es la regla infalible por la cual debe probarse toda opinión, doctrina y teoría. El profeta dice: “Si no hablaren conforme a esta palabra, son aquellos para quienes no ha amanecido”. Isaías 8:20 (VM). CS 446.2

Domingo, 24 Agosto

El código del pacto


Lee Éxodo 21: 1 al 32. ¿Qué normas específicas promulgó Dios en relación con los esclavos hebreos, el homicidio y las lesiones corporales?

Para que las obligaciones del Decálogo pudieran ser mejor comprendidas y ejecutadas, se añadieron otros preceptos, que ilustraban y aplicaban los principios de los Diez Mandamientos. PP 282.2

La primera de estas leyes se refería a los siervos. En los tiempos antiguos algunas veces los criminales eran vendidos como esclavos por los jueces; en algunos casos los deudores eran vendidos por sus acreedores; y la pobreza obligaba a algunas personas a venderse a sí mismas o a sus hijos. Pero un hebreo no se podía vender como esclavo por toda la vida. El término de su servicio se limitaba a seis años; en el séptimo año había de ser puesto en libertad. El robo de hombres, el homicidio intencional y la rebelión contra la autoridad de los padres, debían de castigarse con la muerte. Era permitido tener esclavos de origen no israelita, pero la vida y las personas de ellos se protegían con todo rigor. El asesino de un esclavo debía ser castigado; y cuando el esclavo sufría algún perjuicio a manos de su amo, aunque no fuera más que la pérdida de un diente, tenía derecho a la libertad. PP 282.3

Los israelitas mismos habían sido siervos poco antes, y ahora que iban a tener siervos, debían guardarse de dar rienda suelta al espíritu de crueldad que los había hecho sufrir a ellos bajo sus amos egipcios. El recuerdo de su amarga servidumbre debía capacitarlos para comprender la situación del siervo, para ser bondadosos y compasivos, y tratar a los otros como ellos quisieran ser tratados. PP 283.1

Los derechos de las viudas y los huérfanos se salvaguardaban en forma especial y se recomendaba una tierna consideración hacia ellos por su condición desamparada. “Si tú llegas a afligirlos, y ellos claman a mí, ciertamente oiré yo su clamor, mi furor se encenderá y os mataré a espada; vuestras mujeres serán viudas, y huérfanos vuestros hijos”. Los extranjeros que se unieran con Israel debían ser protegidos del agravio o la opresión. “No oprimirás al extranjero, porque vosotros sabéis cómo es el alma del extranjero, ya que extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto”. PP 283.2

Se prohibió tomar usura de los pobres. Si a un pobre se le quitaba su vestido o su frazada como prenda, se le habían de devolver al anochecer. El culpable de un robo, tenía que devolver el doble. PP 283.3

Se ordenó que se respetara a los jueces y a los jefes; y a los jueces se les prohibió pervertir el derecho, ayudar a una causa falsa, o aceptar sobornos. Se prohibieron la calumnia y la difamación, y se ordenó obrar con bondad, hasta para con los enemigos personales. PP 283.4

Lunes, 25 Agosto

Más leyes


Lee Éxodo 22: 16 a 23: 9. ¿Qué asuntos se abordaron en estas leyes y de qué manera?

El octavo mandamiento condena el robo de hombres y el tráfico de esclavos, y prohibe las guerras de conquista. Condena el hurto y el robo. Exige estricta integridad en los más mínimos pormenores de los asuntos de la vida. Prohibe la excesiva ganancia en el comercio, y requiere el pago de las deudas y de salarios justos. Implica que toda tentativa de sacar provecho de la ignorancia, debilidad, o desgracia de los demás, se anota como un fraude en los registros del cielo. PP 281.2

El décimo mandamiento ataca la raíz misma de todos los pecados, al prohibir el deseo egoísta, del cual nace el acto pecaminoso. El que, obedeciendo a la ley de Dios, se abstiene de abrigar hasta el deseo pecaminoso de poseer lo que pertenece a otro, no será culpable de un mal acto contra sus semejantes. PP 281.6

Lee Éxodo 23: 10 al 19. ¿Qué asuntos importantes se tratan en este pasaje?

Nuevamente se le recordó al pueblo su sagrada obligación de observar el sábado. Se designaron fiestas anuales, en las cuales todos los hombres de la nación debían congregarse ante el Señor, y llevarle sus ofrendas de gratitud, y las primicias de la abundancia que él les diera. Fue declarado el objeto de todos estos reglamentos: no servirían meramente para ejercer una soberanía arbitraria, sino para el bien de Israel. El Señor dijo: “Me seréis hombres santos”, dignos de ser reconocidos por un Dios santo. PP 283.5

Había tres asambleas anuales de todo Israel para rendir culto en el santuario. Éxodo 23:14-16. Por algún tiempo Silo fue el lugar de reunión; pero más tarde Jerusalén llegó a ser el centro del culto de la nación, y allí se congregaban las tribus para las fiestas solemnes. PP 519.1

La primera de estas fiestas, la pascua, o fiesta de los panes ázimos o sin levadura, se celebraba en Abib, el primer mes del año judío, que correspondía a fines de marzo y principios de abril. PP 520.1

La pascua seguía por siete días como fiesta de los panes ázimos. El primero y el último eran días de santa convocación, durante los cuales no debía hacerse trabajo servil alguno. PP 522.3

Cincuenta días después de la ofrenda de las primicias, venía la fiesta de Pentecostés, también llamada fiesta de la mies o de las semanas. Como expresión de gratitud por el cereal que servía de alimento, se ofrecían al Señor dos panes cocidos con levadura. La fiesta duraba un solo día que se dedicaba al culto. PP 522.4

En el séptimo mes venía la fiesta de las cabañas, o de la recolección. Esta fiesta reconocía la bondad de Dios en los productos de la huerta, del olivar, y del viñedo. Así se completaba la serie de reuniones festivas del año. PP 522.5

Martes, 26 Agosto

El plan original de Dios


Lee Éxodo 23: 20 al 33. ¿Qué métodos quiso utilizar Dios para conquistar la Tierra Prometida?

La primera vez que se prepararon para entrar en Canaán eran menos que ahora las dificultades que acompañaban la empresa. Dios había prometido a su pueblo que si lo obedecía y oía su voz, iría delante de él y pelearía por él; y que también enviaría avispones para ahuyentar a los habitantes de la tierra. En general, los temores de las naciones no se habían despertado, y ellas habían hecho pocos preparativos para oponerse al progreso de Israel. Pero cuando el Señor le ordenó ahora que avanzara lo tuvo que hacer contra enemigos poderosos y alertados, de modo que hubo de luchar con ejércitos grandes y bien preparados para oponerse a su paso. PP 413.1

En sus luchas con Og y Sehón, el pueblo se vio sometido a la misma prueba bajo la cual sus padres habían fracasado. Pero la prueba era ahora mucho más severa que cuando Dios ordenó a los hijos de Israel que avanzaran. Las dificultades del camino habían aumentado desde que ellos rehusaron avanzar cuando se les mandó hacerlo en el nombre del Señor. Es así cómo Dios prueba aun ahora a sus hijos. Si no soportan la prueba, los lleva al mismo punto, y la segunda vez la prueba será más estrecha y severa que la anterior. Esto continúa hasta que soportan la prueba, o, si todavía son rebeldes, Dios les retira su luz, y los deja en tinieblas. PP 413.2

Los hebreos recordaban ahora cómo anteriormente, cuando sus fuerzas habían salido a luchar, fueron derrotadas y miles perecieron. Pero en aquel entonces habían salido a luchar en abierta oposición al mandamiento de Dios. Habían salido sin Moisés, el jefe nombrado por Dios, sin la columna de nube, símbolo de la presencia divina, y sin el arca. Pero ahora Moisés estaba con ellos, y fortalecía sus corazones con palabras de esperanza y fe; el Hijo de Dios, rodeado por la columna de nube, les mostraba el camino; y el arca santa acompañaba al ejército. Todo esto encierra una lección para nosotros. El poderoso Dios de Israel es nuestro Dios. En él podemos confiar, y si obedecemos sus requerimientos, obrará por nosotros tan poderosamente como lo hizo por su antiguo pueblo. Todo el que procure seguir el camino del deber se verá a veces asaltado por la duda e incredulidad. El camino estará a veces lleno de obstáculos aparentemente insuperables, esto podrá descorazonar a los que cedan al desaliento; pero Dios les dice: Seguid adelante. Cumplid vuestro deber cueste lo que cueste. Las dificultades de aspecto tan formidable, que llenan vuestra alma de espanto, se desvanecerán a medida que, confiando humildemente en Dios, avancéis por el sendero de la obediencia. PP 413.3

Miércoles, 27 Agosto

Ojo por ojo


Lee Mateo 5: 38 al 48. ¿Cómo interpretó Jesús el significado de la ley del talión? ¿Cómo deberíamos aplicarla hoy?

Cada día aumentaba en el corazón del pueblo el anhelo de libertarse del yugo romano. Especialmente entre los osados y bruscos galileos, cundía el espíritu de rebelión. Por ser Capernaum una ciudad fronteriza, era la base de una guarnición romana, y aun mientras Jesús enseñaba, una compañía de soldados romanos que se hallaba a la vista recordó a sus oyentes cuán amarga era la humillación de Israel. El pueblo miraba ansiosamente a Cristo, esperando que él fuese quien humillaría el orgullo de Roma. DMJ 61.3

Miró Jesús con tristeza los rostros vueltos hacia él. Notó el espíritu de venganza que había dejado su impresión maligna sobre ellos, y reconoció con cuánta amargura el pueblo ansiaba poder para aplastar a sus opresores. Tristemente, les aconsejó: “No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en tu mejilla derecha, vuélvele también la otra”. DMJ 62.1

Estas palabras eran una repetición de la enseñanza del Antiguo Testamento. Es verdad que la regla “ojo por ojo, diente por diente”, se hallaba entre las leyes dictadas por Moisés; pero era un estatuto civil. Nadie estaba justificado para vengarse, porque el Señor había dicho: “No digas: Yo me vengaré”. “No digas: Como me hizo, así le haré”. “Cuando cayere tu enemigo, no te regocijes”. “Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan, y si tuviere sed, dale de beber agua”.36Levítico 24:20; Proverbios 20:22; 24:29, 17; 25:21. DMJ 62.2

Toda la vida terrenal de Jesús fue una manifestación de este principio. Para traer el pan de vida a sus enemigos, nuestro Salvador dejó su hogar en los cielos. Aunque desde la cuna hasta el sepulcro lo abrumaron las calumnias y la persecución, Jesús no les hizo frente sino expresando su amor perdonador. Por medio del profeta Isaías, dice: “Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos”. “Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca”.37Isaías 50:6; 53:7. Desde la cruz del Calvario, resuenan a través de los siglos su oración en favor de sus asesinos y el mensaje de esperanza al ladrón moribundo. DMJ 62.3

Jueves, 28 Agosto

Venganza


«No se venguen ustedes mismos, amados míos, antes den lugar a la ira de Dios. Porque escrito está: “Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor”» (Rom. 12: 19; ver también Deut. 32: 35).

¿Qué promesa y qué mandato se encuentran en los versículos recién citados, y cómo están estrechamente relacionados?

Los asuntos relacionados con la iglesia deben mantenerse dentro de sus propios límites. Si se comete abuso contra un cristiano, él debe tomarlo pacientemente; si es defraudado, no debe acudir a las cortes de justicia; antes bien, soporte la pérdida y el perjuicio. 3MS 343.1

Dios tratará con los miembros de iglesia que son indignos y que defraudan a su hermano o a la causa de Dios; el cristiano no necesita contender por sus derechos. Dios tratará con el que viole esos derechos. “Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor”. Romanos 12:19. Se guarda un registro de todos estos asuntos, y por todo esto el Señor declara que él vengará. El traerá toda obra a juicio. 3MS 343.2

Lee Mateo 6: 4 y 6; y 16: 27; Lucas 6: 23; y 2 Timoteo 4: 8. ¿Qué nos dicen estos textos acerca de cómo veía Jesús los principios relativos a la recompensa y el castigo?

No será vana la petición de los que buscan a Dios en secreto, confiándole sus necesidades y pidiéndole ayuda. “Tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Si nos asociamos diariamente con Cristo, sentiremos en nuestro derredor los poderes de un mundo invisible; y mirando a Cristo, nos asemejaremos a él. Contemplándolo, seremos transformados. Nuestro carácter se suavizará, se refinará y ennoblecerá para el reino celestial. El resultado seguro de nuestra comunión con Dios será un aumento de piedad, pureza y celo. Oraremos con inteligencia cada vez mayor. Estamos recibiendo una educación divina, la cual se revela en una vida diligente y fervorosa. DMJ 73.5

El alma que se vuelve a Dios en ferviente oración diaria para pedir ayuda, apoyo y poder, tendrá aspiraciones nobles, conceptos claros de la verdad y del deber, propósitos elevados, así como sed y hambre insaciable de justicia. Al mantenernos en relación con Dios, podremos derramar sobre las personas que nos rodean la luz, la paz y la serenidad que imperan en nuestro corazón. La fuerza obtenida al orar a Dios, sumada a los esfuerzos infatigables para acostumbrar la mente a ser más considerada y atenta, nos prepara para los deberes diarios, y preserva la paz del espíritu bajo todas las circunstancias. DMJ 74.1

Viernes, 29 Agosto

Reflexión adicional

Al poner a un lado la ley de Dios, los hombres no saben lo que están haciendo. La ley de Dios es la transcripción de su carácter. Abarca los principios de su reino. El que rehúsa aceptar esos principios, se está colocando fuera del canal por donde fluyen las bendiciones de Dios. PVGM 246.4

Las gloriosas posibilidades presentadas ante Israel se podían realizar únicamente mediante la obediencia a los mandamientos de Dios. La misma elevación de carácter, la misma plenitud de bendición—bendición de la mente, el alma y el cuerpo, bendición del hogar y del campo, bendición para esta vida y la venidera—, podemos obtenerlas únicamente por medio de la obediencia. PVGM 247.1

Tanto en el mundo espiritual como en el natural, la obediencia a las leyes de Dios es la condición para llevar fruto. Y cuando los hombres enseñan a la gente a desobedecer los mandamientos de Dios, están impidiendo que den fruto para su gloria. Son culpables de retener del Señor los frutos de su viña. PVGM 247.2

Los mensajeros de Dios mandados por el Maestro vienen a nosotros. Vienen, como Cristo, demandando obediencia a la Palabra de Dios. Piden los frutos de la viña, los frutos del amor, la humildad y el servicio abnegado. ¿Acaso no hay muchos labradores que, a semejanza de los dirigentes judíos, se mueven a ira? Cuando se presentan delante del pueblo las demandas de la ley de Dios, ¿no usan su influencia esos maestros para inducir a los hombres a rechazarlas? A tales maestros Dios llama siervos infieles. PVGM 247.3

Las palabras que Dios dirigió al antiguo Israel encierran una solemne amonestación para la iglesia actual y sus dirigentes. De Israel dijo el Señor: “Escribíle las grandezas de mi ley, y fueron tenidas por cosas ajenas”.24Oseas 8:12. Y él declaró de los sacerdotes y maestros: “Mi pueblo fue talado porque le faltó sabiduría. Porque tú desechaste la sabiduría, yo te echaré... pues que olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos”.25Oseas 4:6. PVGM 247.4

¿No se hará caso de las reprensiones de Dios? ¿No se aprovecharán las oportunidades de servir? ¿Impedirán la mofa del mundo, el orgullo de la razón, la conformidad a las costumbres y tradiciones humanas, que los profesos seguidores de Cristo le sirvan? ¿Rechazarán la Palabra de Dios como los dirigentes judíos rechazaron a Cristo? Delante de nosotros está el resultado del pecado de Israel. ¿Aceptará la amonestación la iglesia de Dios hoy día? PVGM 247.5