Un Momento del Destino

Lección 2, 2° Trimestre, del 1 al 7 de Abril del 2023

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Sábado por la tarde – 1 de Abril

Texto para memorizar:

Y miré, y he aquí una nube blanca, y sobre la nube estaba sentado uno semejante al Hijo de Hombre. Tenía en su cabeza una corona de oro y en su mano una hoz afilada. Y otro ángel salió del templo, gritando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: "¡Mete tu hoz y siega! Porque ha llegado la hora de segar, porque la mies de la tierra está madura." RVa — Apocalipsis 14:14,15.


No pueden ya decir los siervos del Señor, como el profeta Daniel: "El tiempo fijado era largo". Daniel 10:1. Falta ahora muy poco tiempo para que los testigos de Dios hayan cumplido su obra de preparar el camino del Señor. 6TI 406.1

Hemos de poner a un lado nuestros planes estrechos y egoístas, recordando que se nos ha encargado una obra de la mayor magnitud y de la más elevada importancia. Al hacer esta obra estamos pregonando los mensajes del primer ángel, del segundo y del tercero, y preparando así la llegada de aquel otro ángel del cielo que ha de iluminar la tierra con su gloria.6TI 406.2

El día del Señor se está acercando furtivamente; pero los que se llaman grandes y sabios no conocen las señales de la venida de Cristo y del fin del mundo. Abunda la iniquidad y el amor de muchos se ha enfriado. 6TI 406.3

Domingo – 2 de Abril

Decisiones Eternas


Lea Mateo 24:14 y compárelo con Apocalipsis 14:6. ¿Qué promesa dio Jesús a sus discípulos con respecto a la difusión mundial del evangelio justo antes de su regreso?

El mensaje proclamado por el ángel que volaba por en medio del cielo es el Evangelio eterno, el mismo Evangelio que fue declarado en el Edén, cuando Dios le dijo a la serpiente: "Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar". Génesis 3:15. Esta constituye la primera promesa de un Salvador que saldría al campo de batalla para desafiar el poder de Satanás y prevalecer sobre él. Cristo vino a nuestro mundo para presentar el carácter de Dios tal como está representado en su santa ley, porque su ley es una copia de su carácter. Cristo era tanto la ley como el Evangelio. El ángel que proclama el Evangelio eterno proclama también la ley de Dios; porque el Evangelio de salvación induce a los hombres a obedecer la ley mediante la cual sus caracteres son formados a la semejanza divina. 2MS 121.4

Jesús dijo, sin embargo, que antes de aquella venida "será predicado este Evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones". Su reino no vendrá hasta que las buenas nuevas de su gracia se hayan proclamado a toda la tierra. De ahí que, al entregarnos a Dios y ganar a otras almas para él, apresuramos la venida de su reino. Únicamente aquellos que se dedican a servirle diciendo: "Heme aquí, envíame a mí", para abrir los ojos de los ciegos, para apartar a los hombres "de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe... perdón de pecados y herencia entre los santificados";11 solamente éstos oran con sinceridad: "Venga tu reino". DMJ 93.3

El capítulo catorce empieza con los 144.000 que están con el Cordero sobre el Monte de Sión. Luego sigue el Mensaje de los Tres Angeles en su directa y final aplicación para la reunión de los segundos frutos. Así el capítulo termina con la cosecha de la tierra. El capítulo mismo muestra que la cosecha es en dos secciones, la primera de las cuales es segada por el “Hijo del Hombre”, y la segunda por un ángel. Evidentemente estas dos cosechas producen los primeros y los segundos frutos.

Como resultado de la purificación de la iglesia, el sellamiento de los 144.000, los siervos de Dios, la tierra es alumbrada con la gloria del ángel (Apocalipsis 18:1), con “el evangelio eterno” (Apocalipsis 14:6). Entonces el pueblo de Dios es llamado a salir del dominio de Babilonia para que ellos no sean participantes de sus pecados (Apocalipsis 18:4). Luego son traídos a un lugar donde no hay pecado, donde el remanente guarda los mandamientos de Dios, y donde no hay temor de que caigan las plagas (Apocalipsis 18:4). Y así el capítulo 18 comienza después del sellamiento de los siervos de Dios, y termina con la destrucción de la mujer, Babilonia la Grande. Esto toma lugar después que los santos son sacados y llevados al hogar.

Hemos de poner a un lado nuestros planes estrechos y egoístas, recordando que se nos ha encargado una obra de la mayor magnitud y de la más elevada importancia. Al hacer esta obra estamos pregonando los mensajes del primer ángel, del segundo y del tercero, y preparando así la llegada de aquel otro ángel del cielo que ha de iluminar la tierra con su gloria. 6TI 406.2

Lunes – 3 de Abril

La Venida del Hijo del Hombre


Lee Apocalipsis 14:14. ¿Qué título se utiliza para describir a Jesús cuando regresa a la tierra? ¿Por qué crees que Juan utiliza este título para Jesús?

Nosotros como estudiantes y maestros del evangelio por años hemos vivido sumamente en las señales de la segunda venida de Cristo, pero no del todo en las señales del Reino. Como resultado de esto, el Cristianismo teóricamente ha mezclado las señales del Reino con las señales del segundo Advenimiento.

Algo similar a esto es lo que los antiguos Judíos hicieron cuando estaban esperando la primera aparición del Mesías. De acuerdo a su comprensión privada estudiaron profundamente las señales de la restauración del Reino, pero no tanto las señales de la venida del Mesías. Así fue que cuando se les dijo que el Mesías había venido pero no el tiempo para restaurar el Reino, los lideres de los Judíos, tomaron por concesión que su interpretación privada (no inspirada) de las Escrituras era infalible, rechazaron el mensaje de ese tiempo. Luego en un intento para salvaguardar su influencia sobre el pueblo común y para subyugarlos a su manera de pensar, crucificaron al Señor, su Salvador y Rey como también mataron a los profetas que fueron antes de él. Su insistencia que el Reino sería restaurado en su tiempo, no les benefició.

Puesto que nosotros como pueblo conocemos algunas de las señales de la segunda venida de Cristo, y ninguna de las señales del Reino, ahora deberíamos de concentrarnos en las señales del Reino.

Mateo 13:24-30 - “Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”.

La parábola del Reino, notamos, contiene tres períodos de tiempo: Primero, el período de sembrar la semilla - el tiempo del ministerio de Cristo; segundo, el período de crecimiento - el tiempo desde la ascensión de Cristo hasta la cosecha; tercero, el tiempo de la cosecha - un corto período de tiempo “al fin del mundo” (Mateo 13:49), el período en que la tierra es iluminada con la gloria del ángel (Apocalipsis 18:1), y en que todo el pueblo de Dios es llamado a salir de Babilonia (Apocalipsis 18:4). Entonces los que no respondieron a esta llamada de reunión clamarán: “Pasóse la siega, acabóse el verano, y nosotros no hemos sido salvos” (Jeremías 8:20). La “cosecha”, por lo tanto, es “el fin del mundo” (Mateo 13:49). Comienza en la iglesia y termina en Babilonia.

Malaquías 3:1-3, 5 - “He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia … Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos”.

¿Cuánta producción de frutos dará la cosecha? Si los 144.000 son “las primicias” (Apocalipsis 14:4), entonces debe haber “segundos frutos”, porque donde no hay segundos no puede haber primeros. La palabra “primicias” absolutamente necesita segundos frutos.

¿De dónde vienen los primeros frutos, y de dónde vienen los segundos frutos? Claramente se nos dice que los primeros frutos son Israelitas - de todas las doce tribus de Israel (Apocalipsis 7:4-8). Israel ciertamente representa la membresía de la iglesia al tiempo que son sellados; el título “Israel” no puede interpretarse que significa el mundo. Los primeros frutos, por consiguiente, son cosechados de la iglesia en el tiempo que comienza la separación. La palabra “sellados” significa ser puestos en un lugar seguro - sellado. Esto es exactamente lo que el apóstol Pedro dice:

1ª Pedro 4:17-18 - “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador?”.

Ahora, entonces, si el Juicio comienza primero en la “casa de Dios”, en la iglesia, entonces terminará en el mundo, fuera de los círculos de la iglesia. La parábola de la “red” y la Revelación de Juan muy breve y concisamente traen esta verdad aun mejor a la superficie.

Mateo 13:47-50 - “Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces; y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera. Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes”.

Claramente, la red representa la iglesia del evangelio la cual agarra ambos hipócritas y santos. En efecto, en el tiempo de la cosecha de los primeros frutos (el Juicio “en la casa de Dios”) “al fin del mundo” (Mateo 13:49), los ángeles separan los impíos de entre los justos, no los justos de entre los impíos. Pero en la cosecha de los segundo frutos (el Juicio en el mundo) la separación es invertida: los justos son sacados de entre los impíos, no los impíos de entre los justos, así dice el Apocalipsis: “Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas” (Apocalipsis 18:4). Claramente, el Juicio “en la casa de Dios” es la cosecha en que los hipócritas como “cizaña” son quemados, pero como “pescado” malo es echado fuera. En el Juicio en Babilonia (en el mundo), no los malos, sino los buenos son tomados y traídos a la casa de Dios purificada donde no hay pecado ni pecadores, y donde no hay peligro de las plagas. Esta misma verdad concerniente a la casa de Dios nuevamente viene a nosotros en estas palabras:

Isaías 66:15-16, 19-20 - “Porque he aquí que Jehová vendrá con fuego, y sus carros como torbellino, para descargar su ira con furor, y su reprensión con llama de fuego. Porque Jehová juzgará con fuego y con su espada a todo hombre; y los muertos de Jehová serán multiplicados … Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones. Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a Jehová, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice Jehová, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa de Jehová”.

De nuevo vemos aquí que los que escapan la matanza del Señor “en la casa de Dios” (obviamente los primeros frutos, “los siervos de Dios”), son enviados a las naciones que no conocen a Dios, y de allí traerán a todos sus hermanos (los segundos frutos) a la casa de Dios purificada donde no hay pecado ni pecadores, y por lo tanto donde las plagas de Babilonia no caen.

Ahora hemos visto positivamente que hay primeros y segundos frutos: unos de la iglesia - los 144.000 hijos de Jacob; y unos de todas las naciones - la gran multitud que ninguno podía contar (Apocalipsis 7:9).

Martes - 4 de Abril

El Juicio Celestial


Lee Apocalipsis 14:14 y Hechos 1:9-11. ¿Qué similitudes descubres?

 Esta obra de separación, o purificación, traída a la vista en la parábola de Mateo 13:30 y de nuevo en la de Mateo 13:47-49; y otra vez en la profecía de Malaquías 3:1-3 y en la de Ezequiel 9, al igual que en Apocalipsis 14, se aplica directamente al día del juicio de los vivos, porque la purificación del santuario al fin de los 2.300 días, de acuerdo con Daniel 8:14 y Daniel 7:9-10, se aplica directamente al—Juicio de los muertos.

Aunque la purificación del santuario, como hemos visto en las profecías de Daniel, iba a tomar lugar después de 1844 D.C., sin embargo, siendo que los justos vivos todavía están mezclados con los pecadores en la iglesia, y siendo que Daniel vio el Anciano de días sentarse para juzgar, no para herir a aquellos que tenían “la marca”, sino a juzgar con “los libros” que “fueron abiertos, obviamente la visión que él tuvo del juicio es en relación con los muertos.

En cuanto a la purificación de la iglesia en la tierra, se ha de efectuar primero echando fuera la abominación, segundo restaurando la verdad, y tercero sacando la cizaña. Mas con relación a la purificación del santuario celestial, ésta se está llevando a cabo al presente removiendo del Libro de la Vida los nombres de aquellos que son hallados faltos; y escribiéndolos en el libro que contiene los nombres de aquellos que han de ser levantados en la resurrección de los impíos después de los mil años (Apocalipsis 20:5); quedando por este medio en el Libro de la Vida solamente los nombres de aquellos que han ganado la victoria sobre el pecado, y que por lo tanto esperan a ser levantados en la resurrección de los justos (Apocalipsis 20:6). Juan, consecuentemente, “vio los muertos, pequeños y grandes, delante de Dios; y los libros se abrieron, y otro libro fue abierto el cual es el Libro de Vida. Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras” Apocalipsis 20:12.

Miércoles – 5 de Abril

La Corona del Vencedor


Lee Apocalipsis 14:15 y Marcos 4:26-29. ¿Qué similitudes observas entre los textos? ¿De qué hablan ambos?

  “Y miré y he aquí una nube blanca”, exclamó Juan el revelador, contemplando la misma venida descrita diversamente por Malaquías, Mateo, y Ezequiel, “y sobre la nube uno sentado semejante al hijo del hombre, que tenía en su cabeza una corona de oro, y en su mano una hoz aguda. Y otro ángel salió del templo, clamando en alta voz al que estaba sentado sobre la nube: Pon tu hoz, y siega; porque la hora de segar es venida, porque la mies de la tierra está madura. Y el que estaba sentado sobre la nube echó su hoz sobre la tierra, y la tierra fue segada”. Apocalipsis 14:14-16.

Claramente, por lo tanto, la venida del Hijo del hombre no es cuando los justos vivos y los resucitados son juntamente arrebatados a recibir al Señor en el aire; porque los versículos 17-20, que siguen a los citados en el párrafo anterior, revelan que después que El viene y siega la tierra, “otro ángel … teniendo una hoz aguda” vino y segó una segunda siega antes de que la ira de Dios - las siete postreras plagas (Apocalipsis 15:1) - fuesen derramadas sobre los impíos.

Así, nuevamente, vemos por cuarta vez que hay dos venidas diferentes del Hijo del hombre: una “para separar los impíos de los justos” en la iglesia (Mateo 13:49), y entonces inmediatamente llamar los justos de entre los impíos en Babilonia (Apocalipsis 18:4); y la otra para arrebatar los santos, ambos, los resucitados y los vivos, a las mansiones que El ha preparado para ellos (1ª Tesalonicenses 4:16; Juan 14:1-3).

En la primera venida del Hijo del Hombre, la piedra que hirió la gran imagen fue cortada no con mano (sin la ayuda del hombre, sino por el Señor mismo) porque, como dice el Señor, “no había quien me ayudara, y maravillóme que no hubiera quien sustentase; y salvóme mi brazo, y sostuvome mi ira. Y con mi ira hollé los pueblos, y embriaguélos con mi furor, y derribé a tierra su fortaleza” Isaías 63:5-6.

Jueves – 6 de Abril

Cada Semilla Produce una Cosecha


Lee Apocalipsis 14:17-20. ¿Qué significa la expresión "el gran lagar de la ira de Dios"? Véase también Apocalipsis 14:10, Apocalipsis 15:1 y Apocalipsis 16:1.

Apocalipsis 14:14-19 - “Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda. Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura. Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada. Salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda. Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras. Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios”.

Aquí se nos dice de nuevo que hay dos cosechas, una por el Hijo del Hombre, y otra por un ángel. La cosecha del Hijo del Hombre precede la cosecha del ángel. El “Hijo del Hombre”, por consiguiente, reúne los primeros frutos, y el ángel reúne los segundos frutos (Los racimos, no las uvas completamente maduras, él echo las uvas en el gran lagar). El Hijo del Hombre obviamente cosecha los primeros frutos porque sus siervos (figurativamente el ángel de la iglesia de Laodicea) no está en condiciones para hacer semejante obra, porque el mismo es “desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo”, y no lo sabe (Apocalipsis 3:14-18).

Mirando hasta este mismísimo tiempo, el Espíritu de Profecía en el tiempo de Isaías dijo:

Isaías 63:5 - “Miré, y no había quien ayudara, y me maravillé que no hubiera quien sustentase; y me salvó mi brazo, y me sostuvo mi ira”. Aquí notamos que cuando el tiempo vino no había ni siquiera uno entre sus siervos “que sustentase” la obra de la cosecha, y consecuentemente el Señor mismo hizo la obra sin ellos.

Para la segunda cosecha, de alguna manera, él usa sus “siervos” sin engaño en sus bocas, los “primeros frutos”, los 144.000, como es prefigurado por el ángel con la hoz aguda (Apocalipsis 14:17-18). Y así como hay dos frutos y dos cosechas de dos lugares diferentes, la iglesia y el mundo, hay, como se mostró antes, también dos maneras de cosechar: en la primera los malos son echados fuera de entre los buenos, y en la última los buenos son llamados a salir de entre los malos.

Estas son algunas de las señales y eventos que preceden al Reino de gloria, la segunda venida de Cristo. Luego, también, hay otras señales, la primera de las cuales se ve de la parábola de Mateo 25.

Viernes - 7 de Abril

Estudio Adicional

 ¿A qué es semejante este Reino premilenario? ¿Y qué otras señales precedan a su establecimiento? La respuesta a estas preguntas viene por medio de Ezequiel -

Ezequiel 36:23-28 - “Y santificaré mi grande nombre, profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, dice Jehová el Señor, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos. Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país. Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios”.

Aquí hay señales adicionales, señales que se exhiben dentro y fuera del hombre mismo: las cicatrices y defectos que el pecado ha escrito sobre los cuerpos del pueblo de Dios son limpiados; también el corazón endurecido por el pecado es cortado y uno nuevo, un corazón tierno que se deleita en guardar los estatutos y derechos de Dios, es puesto.

¿Cuándo toma lugar esto? - Después que Dios toma sus santos “de entre las naciones”, “de todas las tierras”, y los trae a su “propia tierra”, dicen las Escrituras. Así habitarán en la tierra que antiguamente Dios dio a sus padres, y así ellos serán su pueblo y El será su Dios. Aquí vemos que nadie puede encontrarse con Dios cara a cara y vivir con él eternamente sin tener primero esta experiencia de purificación del cuerpo y cambio de corazón.

Evidentemente nadie que permanezca ignorante de estas señales del Reino venidero tendrá esta experiencia y consecuentemente nunca entrará en él, nunca será habilitado para vivir y reinar con Cristo.

Puesto que estas señales son tan vitales para la salvación, no deberían ser descuidadas, sino que deberían recibir primera consideración si esperamos que la segunda venida de Cristo sea para nuestro bien, no para nuestra condenación. Ciertamente, por esta obvia razón a esta hora tardía es traído a nuestra atención este importante mensaje.

¿Es esta purificación - este Reino premilenario que nos habilita para entrar al cielo - establecido en el tiempo de gracia? - Para encontrar nuestra respuesta, miraremos en la profecía de Miqueas .

Miqueas 3:12; 4:1-2 - “Por tanto, a causa de vosotros Sion será arada como campo, y Jerusalén vendrá a ser montones de ruinas, y el monte de la casa como cumbres de bosque … Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos. Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová”. Aquí se nos dice que en los últimos días, en nuestro tiempo, el antiguo Reino que fue destruido será restablecido y exaltado sobre todos los demás Reinos. Luego el pueblo “correrá a él” porque “de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová”.

La obra del evangelio, por consiguiente, será terminada mientras su oficina principal está en la Tierra Santa. Así el Reino es establecido en el tiempo de gracia, en tiempo de salvación y purificación judicial, porque después que es establecido otros pueblos de muchas naciones correrán a él.

Esto es lo que la Biblia dice, y seguramente esto es lo que será, porque ni el Diablo puede frustrar los planes de Dios o engañar a su pueblo. Oh, si el Diablo tratará de explicar lo que dicen estas Escrituras, pero nunca puede hacerlas decir algo mas de lo que dicen. Además, alguien que tome las palabras del Diablo en lugar de las de Dios, merece la recompensa del Diablo, y estoy seguro que no será engañado de esto.

Puesto que estas señales de los tiempos, en adición a otras, son de mucha más importancia que el “terremoto de Lisboa”, “el día que se oscureció”, y “la caída de estrellas”, es mejor que despertemos a la demanda que ellas imponen sobre nosotros, y que están destinadas para prepararnos para la segunda venida de Cristo y para un hogar en su Reino si les prestamos atención. Pero si estas señales no nos despiertan, entonces es posible que nos hagan resbalar al pozo del abismo mientras que soñamos ser ricos y enriquecidos, en necesidad de nada, supuestamente en el camino a la tierra gloriosa. ¡Que chasco y que lloro y crujir de dientes sería eso!.

¿Quién ha de guiar a los Gentiles a salir de la tierra? - La respuesta esta en…

Zacarías 1:14-17, 20-21 - “Y me dijo el ángel que hablaba conmigo: Clama diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Celé con gran celo a Jerusalén y a Sion. Estoy muy airado contra las naciones que están reposadas; porque cuando yo estaba enojado un poco, ellos agravaron el mal. Por tanto, así ha dicho Jehová: Yo me he vuelto a Jerusalén con misericordia; en ella será edificada mi casa, dice Jehová de los ejércitos, y la plomada será tendida sobre Jerusalén. Clama aún, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: Aún rebosarán mis ciudades con la abundancia del bien, y aún consolará Jehová a Sion, y escogerá todavía a Jerusalén … Me mostró luego Jehová cuatro carpinteros. Y yo dije: ¿Qué vienen éstos a hacer? Y me respondió, diciendo: Aquéllos son los cuernos que dispersaron a Judá, tanto que ninguno alzó su cabeza; mas éstos han venido para hacerlos temblar, para derribar los cuernos de las naciones que alzaron el cuerno sobre la tierra de Judá para dispersarla”.

Obviamente una parte de las naciones Gentiles vendrán contra la parte que está en la Tierra Santa, y las perseguirán para hacer lugar para el pueblo de Dios. Entonces los pies del Señor se afirmarán en el Monte de los Olivos y el Monte se partirá por medio de sí y hacen un valle muy grande. Así el Señor abrirá el camino para que su pueblo huya allí al “valle” donde los pies del Señor se afirmarán, y todos los santos con ellos (Zacarías 14:4-5).

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