El Proceso del Juicio

Lección 13, 4° Trimestre, del 17 al 23 de Diciembre del 2022

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Sábado por la Tarde – 17de Diciembre

Texto para memorizar:

: Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho por medio del cuerpo, sea bueno o malo. RVa — 2Corintios 5:10


"Estuve mirando—dice el profeta Daniel—hasta que fueron puestas sillas: y un Anciano de grande edad se sentó, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su silla llama de fuego, sus ruedas fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salía de delante de él: millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él: el Juez se sentó y los libros se abrieron". Daniel 7:9, 10. CS 471.1

Así se presentó a la visión del profeta el día grande y solemne en que los caracteres y vidas de los hombres habrán de ser revistados ante el Juez de toda la tierra, y en que a todos los hombres se les dará "conforme a sus obras". El Anciano de días es Dios, el Padre. El salmista dice: "Antes que naciesen los montes, y formases la tierra y el mundo, y desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios". Salmos 90:2. Es él, Autor de todo ser y de toda ley, quien debe presidir en el juicio. Y "millares de millares ... y millones de millones" de santos ángeles, como ministros y testigos, están presentes en este gran tribunal. CS 471.2

Domingo - 18 de Diciembre

El Juicio Final

Mateo 25:31-46, Juan 5:21-29

¿Cómo señaló Cristo los conceptos tanto de condenación como de vindicación en el juicio final?

"Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria. Y serán reunidas delante de él todas las gentes: y los apartará los unos de los otros." Así presentó Cristo a sus discípulos, en el monte de las Olivas, la escena del gran día de juicio. Explicó que su decisión girará en derredor de un punto. Cuando las naciones estén reunidas delante de él, habrá tan sólo dos clases; y su destino eterno quedará determinado por lo que hayan hecho o dejado de hacer por él en la persona de los pobres y dolientes. - DTG 592.1

La voz que clamó desde la cruz: "Consumado es," fué oída entre los muertos. Atravesó las paredes de los sepulcros y ordenó a los que dormían que se levantasen. Así sucederá cuando la voz de Cristo sea oída desde el cielo. Esa voz penetrará en las tumbas y abrirá los sepulcros, y los muertos en Cristo resucitarán. En ocasión de la resurrección de Cristo, unas pocas tumbas fueron abiertas; pero en su segunda venida, todos los preciosos muertos oirán su voz y surgirán a una vida gloriosa e inmortal. El mismo poder que resucitó a Cristo de los muertos resucitará a su iglesia y la glorificará con él, por encima de todos los principados y potestades, por encima de todo nombre que se nombra, no solamente en este mundo, sino también en el mundo venidero. DTG 731.2

Aquí el pueblo se encuentra en un estado mixto (el trigo y la cizaña habitando juntos), con el tiempo más adelante mientras que por una parte los que gimen y claman por las abominaciones en medio de ella reciban la marca de liberación, por la otra parte aquellos que no gimieron ni clamaron serán dejados sin la marca, para que perezcan (en sus pecados) bajo las armas de matanza de los ángeles. De esta separación - la única en la iglesia - surgen los primeros frutos.

A esta le sigue la separación de entre las naciones, tal como lo vemos en la parábola de Mateo 25, en donde se describe proféticamente la venida de Cristo; no la que fue mostrada en 1ª Tesalonicenses 4:16-17, porque en la venida allí descrita, “los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir el Señor en el aire”; mientras que al tiempo de la primera “cuando el hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con El, entonces se sentará sobre el trono de Su gloria [La iglesia-reino, la cual en esta etapa consiste solamente de los primeros frutos].

“Y serán reunidas delante de él todas las gentes; los apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas su derecha, y los cabritos a la izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha [estos son los segundos frutos]: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo … Entonces dirá también a los que estarán a la izquierda: Apartaos de Mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” Mateo 25:31-34, 41.

De esta separación - la única entre las naciones - surgen los segundos frutos.

Lunes - 19 de Diciembre

El Juicio Preadvenimiento

Daniel 7:9-14; Mateo 22:1-14, Apocalipsis 11: 1, 18, 19, Apocalipsis 14:6, 7.

¿Cómo arrojan luz estos pasajes sobre la noción de un juicio investigador preadvenimiento en la corte celestial? ¿Cuál es el significado de tal juicio?

Cada nombre es mencionado, cada caso cuidadosamente investigado. Habrá nombres que serán aceptados, y otros rechazados. En caso de que alguien tenga en los libros de memoria pecados de los cuales no se haya arrepentido y que no hayan sido perdonados, su nombre será borrado del libro de la vida, y la mención de sus buenas obras será borrada de los registros de Dios. El Señor declaró a Moisés: "Al que haya pecado contra mí, a este borraré de mi libro". Éxodo 32:33 (VM). Y el profeta Ezequiel dice: "Si el justo se apartare de su justicia, y cometiere maldad, ... todas las justicias que hizo no vendrán en memoria". Ezequiel 18:4. CS 474.5

Los que desean participar de los beneficios de la mediación del Salvador no deben permitir que cosa alguna les impida cumplir su deber de perfeccionarse en la santificación en el temor de Dios. En vez de dedicar horas preciosas a los placeres, a la ostentación o a la búsqueda de ganancias, las consagrarán a un estudio serio y con oración de la Palabra de verdad El pueblo de Dios debería comprender claramente el asunto del santuario y del juicio investigador. Todos necesitan conocer por sí mismos el ministerio y la obra de su gran Sumo Sacerdote. De otro modo, les será imposible ejercitar la fe tan esencial en nuestros tiempos, o desempeñar el puesto al que Dios los llama. Cada cual tiene un alma que salvar o que perder. Todos tienen una causa pendiente ante el tribunal de Dios. Cada cual deberá encontrarse cara a cara con el gran Juez. ¡Cuán importante es, pues, que cada uno contemple a menudo de antemano la solemne escena del juicio en sesión, cuando serán abiertos los libros, cuando con Daniel, cada cual tendrá que estar en pie al fin de los días! CS 479.1

Y ahora, puesto que la verdad distintiva del Juicio Investigador en el cielo es para Adventistas del Séptimo Día una doctrina que es como lentes que magnifican, vamos a utilizarlos sobre el tema de la separación.

Esa parte del Juicio Investigador de los vivos, por la cual se determina quienes han de tener sus pecados borrados y, como resultado, ser dados la vida eterna, es paralelo en la tierra por la obra del ángel con el “tintero de escribano”, quien es mandado a poner una “marca” (el sello) sobre cada uno que gime y clama por todas las abominaciones en Judá e Israel - la iglesia. Y la obra de los otros cinco quienes siguen para matar a todos los que no tienen la “marca” (el sello), corresponde en el cielo al borrar de los nombres de los pecadores en el Libro de la Vida. (Véase Ezequiel 9; Testimonios para los Ministros, página 445; Testimonios para la Iglesia, Volumen 5, página 196).

Así vemos que esta doble obra profética de separar los nombres de los pecadores de los nombres de los justos en el santuario, y separando los pecadores de los justos en la iglesia, es la misma como la obra revelada en las parábolas: Separando la cizaña del trigo (Mateo 13:30); el mal pescado del bueno (Mateo 13:48); los que no tienen el vestido de boda de los que lo tienen (Mateo 22:1-13); los que han mejorado sus talentos de los que no lo han hecho (Mateo 25:20-30).

Todas estas separaciones equivalentes toman lugar durante el Juicio Investigador antes de la boda, la coronación, la recepción del reino (Daniel 7:9, 10, 13, 14), es evidente que la cosecha y el Juicio son contrapartes, y que toman lugar antes que la gracia termine - cuando el Señor viene súbitamente a su templo para “purificar a los hijos de Leví”. Malaquías 3:1-3. Y como el Juicio de los muertos es seguido por el Juicio de los vivos, así el Juicio de la iglesia es seguido por el Juicio del mundo. “Y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?” (1ª Pedro 4:17) - cuando el Gran Juez se sienta sobre el trono de Su gloria, cuando todas las naciones son reunidas delante de El, cuando como un pastor separa sus ovejas (Mateo 25:31-46).

Martes - 20 de Diciembre

El Juicio del Milenio

1 Corintios 2:2, 3, Apocalipsis 20:4-6, 11-13

¿Por qué deben participar los santos en el juicio del milenio?

Durante los mil años que transcurrirán entre la primera resurrección y la segunda, se verificará el juicio de los impíos. El apóstol Pablo señala este juicio como un acontecimiento que sigue al segundo advenimiento. "No juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor; el cual sacará a luz las obras encubiertas de las tinieblas, y pondrá de manifiesto los propósitos de los corazones". 1 Corintios 4:5 (VM). Daniel declara que cuando vino el Anciano de días, "se dio el juicio a los santos del Altísimo". Daniel 7:22. En ese entonces reinarán los justos como reyes y sacerdotes de Dios. San Juan dice en el Apocalipsis: "Vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dado juicio". "Serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años". Apocalipsis 20:4, 6. Entonces será cuando, como está predicho por San Pablo, "los santos han de juzgar al mundo". 1 Corintios 6:2. Junto con Cristo juzgan a los impíos, comparando sus actos con el libro de la ley, la Biblia, y fallando cada caso en conformidad con los actos que cometieron por medio de su cuerpo. Entonces lo que los malos tienen que sufrir es medido según sus obras, y queda anotado frente a sus nombres en el libro de la muerte. CS 641.6

Si un juez terrenal no da convicción ni condena a un criminal sin beneficio de un juicio por jurado, de cierto, entonces, el justo Dios del Cielo no lo hará. No pasará sentencia final sobre los impíos, convenciéndolos del pecado y condenándolos a morir “la muerte segunda” (Apocalipsis 20:14), hasta después que haya dado a los santos (el jurado) oportunidad a ver por sí mismos el juicio de los impíos -los esposos, esposas, hijos, parientes, amigos, y conocidos entonces perdidos de las mansiones de arriba- y para examinar sus registros que muestran el por qué no están allí; sino que están corrompiéndose en sus sepulcros abajo.

Para que nadie tenga excusa por la ignorancia o error en esta verdad, a Juan se le mostró no sólo el grande trono blanco en el cual se sienta el Juez Eterno, “de delante del cual huyó la tierra y el cielo” (Apocalipsis 20:11), sino también otros tronos, o asientos, sobre los cuales evidentemente se sientan el jurado. Y en lugar de sólo “millones de millones” (Apocalipsis 5:11), de ángeles como testigos, vio presente en esta ocasión también “las almas de los degollados por el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios, que no habían adorado a la bestia, ni a su imagen, y no recibieron la señal en sus frentes, ni en sus manos, y vivieron y reinaron con Cristo mil años … esta es la primera resurrección”. Apocalipsis 20:4, 5.

El hecho, no obstante, que “los otros muertos no tornaron a vivir hasta que se cumplieron los mil años” (Apocalipsis 20:5), muestra que los que estuvieron presentes alrededor del trono fueron resucitados.

Pero los muertos, “grandes y pequeños”, quienes no se levantan en la primera resurrección (Apocalipsis 20:6), Juan vió que simbólicamente “estaban ante Dios, y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, el cual es el Libro de la vida. Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”. Apocalipsis 20:12. Con la clausura de esta obra, vienen los eventos después del juicio.

Miércoles - 21 de Diciembre

El Juicio Ejecutivo

2Pedro 2:46, 2Pedro 3:10-13

¿Cómo nos ayudan estos textos a comprender la naturaleza del juicio ejecutivo final? ¿De qué manera implican la idea de la culminación del juicio en contraposición a su prolongación para siempre, que sería una perversión de la justicia y no una expresión de la misma?

Al fin de los mil años, Cristo regresa otra vez a la tierra. Le acompaña la hueste de los redimidos, y le sigue una comitiva de ángeles. Al descender en majestad aterradora, manda a los muertos impíos que resuciten para recibir su condenación. Se levanta su gran ejército, innumerable como la arena del mar. ¡Qué contraste entre ellos y los que resucitaron en la primera resurrección! Los justos estaban revestidos de juventud y belleza inmortales. Los impíos llevan las huellas de la enfermedad y de la muerte. CS 643.1

Satanás consulta con sus ángeles, y luego con esos reyes, conquistadores y hombres poderosos. Consideran la fuerza y el número de los suyos, y declaran que el ejercito que está dentro de la ciudad es pequeño, comparado con el de ellos, y que se lo puede vencer. Preparan sus planes para apoderarse de las riquezas y gloria de la nueva Jerusalén. En el acto todos se disponen para la batalla. Hábiles artífices fabrican armas de guerra. Renombrados caudillos organizan en compañías y divisiones las muchedumbres de guerreros. CS 645.2

Satanás se precipitó en medio de sus secuaces e intentó incitar a la multitud a la acción. Pero llovió sobre ellos fuego de Dios desde el cielo, y consumió conjuntamente al magnate, al noble, al poderoso, al pobre y al miserable. Vi que unos quedaban pronto aniquilados mientras que otros sufrían por más tiempo. A cada cual se le castigaba según las obras que había hecho con su cuerpo. Algunos tardaban muchos días en consumirse, y aunque una parte de su cuerpo estaba ya consumida, el resto conservaba plena sensibilidad para el sufrimiento. Dijo el ángel: "El gusano de la vida no morirá ni su fuego se apagará mientras haya una partícula que consumir." PE 294.1

Cuando el juicio hubo pasado y se habían ido los mil años pasados, “Y el mar dio los muertos que estaban en él; y la muerte y el infierno dieron los muertos que estaban en ellos; y fue hecho juicio de cada uno según sus obras”. Apocalipsis 20:13.

“Y yo Juan vi la santa ciudad, Jerusalén nueva, que descendía del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos. Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor: porque las primeras cosas son pasadas”. Apocalipsis 21:2-4.

Habiendo descendido con los santos, quienes han de reinar para siempre con El en la tierra nueva, Cristo llama a los impíos muertos de sus sepulcros, mientras que simultáneamente “una gran voz del cielo” se oye “que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos” (Apocalipsis 21:3), mientras que durante los mil años, ellos “vivieron” con Cristo (Apocalipsis 20:4). Ahora Satanás es soltado por un corto tiempo.

Por la resurrección de los impíos muertos, “… Satanás será suelto de su prisión, Y saldrá para engañar las naciones que están sobre los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de congregarlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar”. Apocalipsis 20:7-8.

Concerniente a este “poco de tiempo” en el cual Satanás se le permitirá engañar las naciones, el profeta Isaías oyó decir al Señor:

“Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra: y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis por siglo de siglo en las cosas que yo crearé: porque he aquí que yo crearé en Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y alegraréme con Jerusalén, y gozaréme con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor. No habrá más allí niño de días, ni viejo que sus días no cumpla: porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años, será maldito”. Isaías 65:17-20.

El lector observará que cuando el Señor crea los nuevos cielos y la nueva tierra, entonces desde el tiempo que los impíos se levanten de sus tumbas hasta el tiempo en el cual son destruidos para siempre por la muerte segunda - el “poco de tiempo”, - “no habrá más allí [entre ellos] niño de días, [no más nacimientos], ni viejo que sus días que no cumpla; [no más muertos antes que los días del hombre sean cumplidos]: porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años, será maldito”. Ambos, los viejos y los jóvenes (es decir los que quedan en sus sepulcros durante el milenio) después, saldrán juntos, todos para vivir “cien años” - “un poco de tiempo” en el cual Satanás volverá a engañarlos. No habrá ni muerte ni nacimiento, pero todos los impíos entonces serán para siempre malditos por --- La Segunda Muerte.

Esa porción de la nueva tierra la cual los pies de los impíos han pisoteado y contaminado durante el “poco de tiempo”, será purificada por fuego que “de Dios descendió … del cielo” y los quemó con sus obras, mientras que los que habitarán la tierra nueva por la eternidad, serán protegidos adentro y alrededor “la santa ciudad”. Apocalipsis 21:2.

“Y subieron sobre la anchura de la tierra, y circundaron el campo de los santos, y la ciudad amada: y de Dios descendió fuego del cielo, y los devoró. Y el diablo que los engañaba, fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde está la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche para siempre jamás … Y el infierno y la muerte fueron lanzados en el lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no fue hallado escrito en el libro de la vida, fue lanzado en el lago de fuego”. Apocalipsis 20:9, 10, 14, 15.

Jueves - 22 de Diciembre

La Segunda Muerte

Malaquías 4:1, Apocalipsis 20:14, 15, Apocalipsis 21:8

¿Qué eficacia tienen el "lago de fuego" y la "muerte segunda"?

Los impíos reciben su recompensa en la tierra. Proverbios 11:31. "Serán estopa; y aquel día que vendrá, los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos". Malaquías 4:1. Algunos son destruidos como en un momento, mientras otros sufren muchos días. Todos son castigados "conforme a sus hechos". Habiendo sido cargados sobre Satanás los pecados de los justos, tiene este que sufrir no solo por su propia rebelión, sino también por todos los pecados que hizo cometer al pueblo de Dios. Su castigo debe ser mucho mayor que el de aquellos a quienes engañó. Después de haber perecido todos los que cayeron por sus seducciones, el diablo tiene que seguir viviendo y sufriendo. En las llamas purificadoras, quedan por fin destruidos los impíos, raíz y rama: Satanás la raíz, sus secuaces las ramas. La penalidad completa de la ley ha sido aplicada; las exigencias de la justicia han sido satisfechas; y el cielo y la tierra al contemplarlo, proclaman la justicia de Jehová. CS 652.3

Puesto que no sólo Satanás, sino también, “el que no fue hallado escrito en el libro de la vida, fue lanzado en lago de fuego”, el fuego en el lago sencillamente continúa la misma destrucción efectuada por el fuego que “de Dios descendió … del cielo”. Apocalipsis 20:9. Después de los mil años, en otras palabras, el fuego que “de Dios descendió … del cielo”, resulta en “el lago de fuego” (Apocalipsis 20:10) y en la exterminación eterna de todos los pecadores. De esta destrucción final, una demostración premilenaria ha de darse cuando la bestia y el falso profeta sean echados en “el lago de fuego” - sus sepulcros por mil años. Y como el fuego, por supuesto, no sigue ardiendo durante los mil años, la declaración, “el diablo … fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde está la bestia y el falso profeta” (Apocalipsis 20:10), muestra por lo tanto, que hay una destrucción típica como antitípica, el lago de fuego antes del milenio, siendo un tipo de otro después del milenio.

Viernes – 23 de Diciembre

Estudio Adicional

Al fin de los mil años vendrá la segunda resurrección. Entonces los impíos serán resucitados, y comparecerán ante Dios para la ejecución del "juicio decretado". Así el escritor del Apocalipsis, después de haber descrito la resurrección de los justos, dice: "Los otros muertos no tornaron a vivir hasta que sean cumplidos mil años". Apocalipsis 20:5. E Isaías declara, con respecto a los impíos: "Serán juntados como se juntan los presos en el calabozo, y estarán encerrados en la cárcel; y después de muchos días serán sacados al suplicio". Isaías 24:22. CS 642.2

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