La Buena Noticia Del Juicio

Lección 5 2°Trimestre, del 22 al 28 de Abril del 2023.

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Sábado por la Tarde – 22 de Abril

Texto para memorizar:

“Decía a gran voz: "¡Temed a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio! Adorad al que hizo los cielos y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas." RVa — Apocalipsis 14:7


Aunque esta es la obra culminante de nuestra salvación y del establecimiento del reino de Cristo en la tierra, con todo el “juicio investigador” es uno de los temas bíblicos menos comprendidos y más mistificados y confusos de todas las edades. Si este tema no fuera tan importante para nuestra salvación, el enemigo no hubiera hecho todo esfuerzo posible para envolverlo en tinieblas. Es imperativa, entonces, la constante necesidad de escudriñar las escrituras, “como un tesoro escondido”, y suplicar a Dios por la dirección de Su Espíritu con el fin de poder comprender correctamente este tema tan importante. No obstante, sería inútil cualquier investigación de la verdad a menos que el motivo sea de aprender y hacer la voluntad de Dios. Por lo tanto, “El que quiera hacer la voluntad de Dios”, dice Jesús “conocerá si la doctrina es de Dios”. Juan 7:17.

Domingo – 23 de Abril

La Importancia de la Hora del Juicio


¿Qué tiene que ver el "Evangelio eterno" con el juicio de Dios?

A Guillermo Miller y a sus colaboradores les fue encomendada la misión de predicar la amonestación en los Estados Unidos de Norteamérica. Dicho país vino a ser el centro del gran movimiento adventista. Allí fue donde la profecía del mensaje del primer ángel tuvo su cumplimiento más directo. Los escritos de Miller y de sus compañeros se propagaron hasta en países lejanos. Donde quiera que hubiesen penetrado misioneros allá también fueron llevadas las alegres nuevas de la pronta venida de Cristo. Por todas partes fue predicado el mensaje del evangelio eterno: "¡Temed a Dios y dadle gloria; porque ha llegado la hora de su juicio!" CS 366.1

Por todas partes se oía el testimonio escrutador que amonestaba a los pecadores, tanto mundanos como miembros de iglesia, para que huyesen de la ira venidera. Como Juan el Bautista, el precursor de Cristo, los predicadores ponían la segur a la raíz del árbol e instaban a todos a que hiciesen frutos dignos de arrepentimiento. Sus llamamientos conmovedores contrastaban notablemente con las seguridades de paz y salvación que se oían desde los púlpitos populares; y dondequiera que se proclamaba el mensaje, conmovía al pueblo. El testimonio sencillo y directo de las Sagradas Escrituras, inculcado en el corazón de los hombres por el poder del Espíritu Santo, producía una fuerza de convicción a la que solo pocos podían resistir. Personas que profesaban cierta religiosidad fueron despertadas de su falsa seguridad. Vieron sus apostasías, su mundanalidad y poca fe, su orgullo y egoísmo. Muchos buscaron al Señor con arrepentimiento y humillación. El apego que por tanto tiempo se había dejado sentir por las cosas terrenales se dejó entonces sentir por las cosas del cielo. El Espíritu de Dios descansaba sobre ellos, y con corazones ablandados y subyugados se unían para exclamar: "¡Temed a Dios y dadle gloria; porque ha llegado la hora de su juicio!" CS 367.1

Lunes - 24 de Abril

La Misericordia Y El Juicio de Dios


Lee Apocalipsis 20:12. ¿Cómo somos juzgados? ¿Qué relación tienen nuestras buenas obras con nuestra salvación?

Pero los muertos, “grandes y pequeños”, quienes no se levantan en la primera resurrección (Apocalipsis 20:6), Juan vió que simbólicamente “estaban ante Dios, y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, el cual es el Libro de la vida. Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”. Apocalipsis 20:12.

Zacarías 3:1-4 - “Después me mostró al Josué, el sumo sacerdote, el cual estaba delante del ángel de Jehová; y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle. Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová, que ha escogido a Jerusalén, te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio? Y Josué estaba vestido con vestiduras viles, y estaba delante del ángel. Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te visto vestir de ropas de gala”.

El primero a quien fueron dadas las ropas fue a Josué, el sumo sacerdote, el más alto oficial de la Iglesia. Entonces si él no tiene las ropas, ninguno las tiene tampoco. Por esto vemos que un genuino reavivamiento y reforma comienza por la cabeza y no por los pies, y que antes que uno reciba el derecho de poner el vestido - su iniquidad ha de quitarse. Se arrepiente de sus pecados y el Señor los borra. Aunque Satanás, no obstante, está allí para ser en contra de él y acusarle: pero gracias a Dios, el Señor también está allí para reprender al enemigo. ¿Hermano, Hermana, comprende la lección? Mientras estén consiguiendo el vestido tendrán que arrostrar fuerte oposición. ¿Pero qué importa? ¿Es mucho el que permanezcamos firmemente por causa de la verdad y la justicia cuando la mayoría nos está abandonando?, ¿Y de qué otro modo seré un héroe para Dios? (Léase Mateo 5:10-12).

Los apóstoles y los profetas no solamente soportaron oposición de sus propios hermanos, sino que alegremente murieron por causa de sus vestiduras blancas. A ustedes, sin embargo, no se les pide ahora que rindan sus vidas, sino que las salven. Los “papeles” se han cambiado. El Señor no permitiría que sean consumidos por el fuego. El ha de rescatarles como a un “tizón que es arrebatado del incendio”.

Martes – 25 de Abril

Una Escena Magnífica


Lee Daniel 7:9, 10, 13 y describe lo que Daniel vio en estos versículos. ¿Cuál es también el resultado final de este juicio? Lee Daniel 7:14, 26, 27.

Entonces, comparando Daniel 7:9, 10, 13 con Apocalipsis 4:2 y 5:1, 11 (ya citados), el hecho resulta claro que las dos visiones son del mismo evento - el juicio. Uno revela que ocurre en el período de la bestia indescriptible en su segunda etapa, después que su cuerno que tenía ojos de hombre y una boca que hablaba grandes cosas había blasfemado (después del reinado de la Roma Eclesiástica) y antes que la bestia fuese muerta y su cuerpo entregado para ser quemado en el fuego (Dan. 7:11) antes de la destrucción de Roma. Y la otra visión revela que el evento toma lugar en algún tiempo en la época Cristiana, y dentro del tiempo de gracia.

Daniel vio que fueron puestos tronos: y un “Anciano de días”, el Juez, se sentó, mostrando que ni El ni los tronos estaban allí antes. Evidentemente sobre resto de los tronos, “sillas”, se sentaban los veinticuatro ancianos. Y finalmente él vio “al Hijo del hombre”, Cristo, el Abogado, traído delante del “Anciano de días”. Por consiguiente, tanto Daniel como Juan vieron “el juicio … puesto, y los libros … abiertos”.

Y como Juan vio los 144.000 en pie sobre el Monte de Sión con el Cordero después que se iniciara el juicio y antes que se terminara, el evento por lo tanto no toma lugar ni antes ni después, sino durante el juicio.

Y ahora recuerden que la visión de Juan del “Cordero estando sobre el Monte Sión” (Apocalipsis 14:1) revela a Cristo como Salvador, mientras que su visión “del León de la tribu de Judá” estando en pie ante el juicio revela a El como un Rey. En correlación, muestran que mientras El es entonces el Salvador, a la vez, es Rey de reyes.

La única diferencia, vemos, es que a Daniel se le mostró el Juicio cuando estabasiendo establecido, mientras que Juan lo vio en plena sesión.

El Apocalipsis, además, en los siguientes versículos una y otra vez trata de hacernos ver que el evento allí descrito es el Juicio en sesión:

“Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado”. Apocalipsis 14:7.

“Y vi tronos”, declara Juan, “ellos los que recibieron facultad de juzgar”. Apocalipsis 20:4.

Juan verdaderamente lo escribió como una profecía, pero cuando realmente tome lugar entonces el agente de Dios en la tierra, el Espíritu de Profecía en la Iglesia ha de proclamar que el evento realmente ha tomado lugar.

Puesto que los registros de ambos, los muertos y los vivos deben ser revisados por el Tribunal Judicial, el Mensaje del Primer Ángel (Apocalipsis 14:6) debe ser proclamado en ambos períodos, en el período del juicio de los muertos, y por el fuerte clamor en el período del juicio de los vivos. La aplicación directa del Mensaje del Primer Ángel, por lo tanto, también la llamada para salir de Babilonia, son hechas realmente en el tiempo cuando la tierra es alumbrada con la gloria del ángel. (Véase Apocalipsis 18:1-4). El Apocalipsis, sin embargo, será más completamente entendida durante el juicio de los vivos.

Miércoles - 26 de Abril

Un Vistazo al Cielo


Lee Apocalipsis 4:2-4. ¿Qué similitudes puedes ver aquí con la escena del juicio de Daniel 7?

Aquí se presenta una doble escena. Por una parte, delante del trono “ardían siete lámparas” y el “Cordero como inmolado”, mostrando que el trono fue “puesto” allí para servir durante el tiempo de prueba. La luz del candelabro representa la luz de verdad en la iglesia mientras que la sangre del Cordero está intercediendo por los seres pecaminosos. Por el otro lado, sobre el trono se sienta el Anciano de días, el Juez, rodeado por el jurado de 24 ancianos y también de los testigos angélicos “millones de millones” de ellos, y también los cuatro seres vivientes (los cuales, siendo “redimidos” “de todo linaje y lengua y pueblo y nación” - Apocalipsis 5:8, 9 - son por consiguiente, simbólicos de los santos - los cuales tendrán sus pecados borrados de los libros de registros - así como las bestias de Daniel 7 que son simbólicas de todos los reinos que perecerán en sus pecados), con el Cordero, nuestro Abogado, en el medio. Todo esto muestra una obra mediadora-judicial combinada.

Hasta ahora pues, vemos que cuando Juan en visión miró la puerta - el velo- mientras fue abierta al Lugar Santísimo del santuario celestial, se le permitió mirar adentro, y las cosas que él vio habían de producirse “después” de su tiempo: Mostrando así que al tiempo de su visión (aproximadamente el año 96 d.C.) el lugar Santísimo fue cerrado. Además de esto, veremos de la profecía de Daniel que el trono de juicio fue puesto en el lugar Santísimo del santuario celestial después que surgiera el “cuerno pequeño” de Daniel 7.

“Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas. Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos”. Daniel 7:8-10.

Estos versículos revelan que después de que “el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos, “el Hijo del hombre”, Cristo, fue entonces traído a una posición, no a “la diestra de Dios”, el “Anciano de días”, sino “delante de él”. (Daniel 7:8-10,13).

La visión de ambos, de Juan y de Daniel, revelan que el trono en el santuario no estaba allá desde el principio de la creación de Dios; o desde los días de Moisés; o aun desde la hora cuando Cristo ascendió en lo alto; ni tampoco desde los días de la Roma pagana; Efectivamente, no fue “puesto”, hasta después de la caída de la Roma pagana, cuando el “cuerno pequeño” de la bestia indescriptible surgió - en los días de la Roma eclesiástica (Daniel 7:7-12, 21-22). En otro lugar, fuera del santuario, está--- El Salón del Trono Eterno de Dios.

Puesto que el trono del santuario no existía en los días de la primera iglesia cristiana, por lo tanto el trono sobre el cual Esteban vio a Cristo “a la diestra de Dios” (Hechos 7:56) no podía haber estado en el santuario, donde está “el mar de vidrio”, sino más bien en el Paraíso, de donde fluye “el río de agua de vida”, y a uno y otro lado del cual está “el árbol de la vida” Apocalipsis 22:1-2. Obviamente, entonces, el trono que Esteban vio es “el trono de Dios y del Cordero”, el trono permanente y eterno. Alrededor de este trono de gloria no hay bestias, ni testigos, ni jurado, no hay candelabro delante de ellos, ni sangre para ser ofrecida. En breve, se halla no en el santuario cargado de pecado, sino en el Paraíso. Es el soberano trono administrativo, desde el cual el ser Infinito gobierna eternamente a sus seres inmortales y sin pecado.

A este trono, entonces, que existe desde la eternidad a la eternidad, Cristo ascendió y se sentó a la diestra de su Padre, hasta que vino el tiempo cuando, en cumplimiento de la profecía de Daniel y la revelación de Juan, algún tiempo después el poder del cuerno pequeño, vino a existencia, Él y su Padre se trasladaron al trono del santuario. Sobre este trono Cristo no se sienta como rey a la diestra de Dios; sino más bien está de pie ante éste como cordero inmolado (Apocalipsis 5:6) y también como intercesor (Daniel 7:13) suplicando por los seres humanos pecaminosos. Por eso, su obra mediadora empezó

Jueves - 27 de Abril

Jesús es Digno


Lee Apocalipsis 5:8-12. ¿Cómo responde todo el cielo al anuncio de que Jesús es digno de abrir el rollo del juicio y redimirnos?

Como el libro sellado con siete sellos, el único libro que “ningún hombre ni en el cielo ni en la tierra … puede abrir … ni aún mirarlo”, salvo el León de la Tribu de Judá, es incuestionable que los hechos de la humanidad se hallan en forma cronológica, como los sellos mismos lo revelan.

Este hecho la Inspiración lo confirma nuevamente: “Así hicieron su elección los dirigentes judíos. Su decisión fue registrada en el libro que Juan vio en la mano de Aquel que se sienta en el trono, el libro que ningún hombre podía abrir. Con todo su carácter vindicativo aparecerá esta decisión delante de ellos el día en que este libro sea abierto por el León de la tribu de Judá”. Palabras de Vida del Gran Maestro, página 237.

Lo que el libro contiene, ahora viene a ser extremadamente claro: Contiene la historia del mundo y las obras de toda la humanidad. Y por supuesto, normas lógicas que con la apertura del libro, el Juicio investigador de las obras del pueblo profeso de Dios debería comenzar, como El Apocalipsis mismo revela. Además, como tanto la redacción como el simbolismo del Apocalipsis rechaza cualquier interpretación diferente a la ya aquí establecida, la verdad de estas cosas en este momento se mantiene firme y segura.

El santuario (la iglesia), el lugar que alberga al pueblo de Dios debe ser purificado. Eventualmente, como fue anteriormente mostrado, toda la humanidad, aún los paganos, deben venir ante el tribunal de Dios, delante del “Gran Trono Blanco”.

Así en realidad, el evento tuvo que ser “después de estas” del tiempo de Juan, el tiempo en que tenían que ser investigadas las cosas que tomaron lugar antes del tiempo de Juan, y las cosas que tenían que suceder después de su tiempo (Apocalipsis 1:19) las obras de toda la humanidad desde el principio hasta el fin.

Proféticamente, el Juicio comenzó y los libros fueron abiertos, pero nadie en el inconmensurable universo de Dios, era digno de abrir el libro sellado, ni aún de mirarlo, con excepción del Cordero el Salvador del mundo, el Rey de reyes, el León de la tribu de Judá, nuestro Rey y Abogado, el Alfa y Omega de la creación, el Principio y el Fin. De esta manera, es que nuestro único Defensor, El que ha vivido entre nosotros, El es el único quien puede por medio de la experiencia personal comprensiva y compasivamente poner al descubierto los secretos del pasado, del presente, o del futuro el único digno de abrir el libro y defender a la humanidad caída.

Viernes – 28 de Abril

Estudio Adicional

Para tener un concepto correcto del juicio, es fundamental comprender debidamente su naturaleza y la razón para que hayan libros. En cuanto a estos últimos, declara Juan el Revelador:

“Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”. Apocalipsis 20:12.

Incuestionablemente, por lo tanto, los libros contienen los nombres y los registros de todos los que han de ser juzgados. Y naturalmente estos nombres y registros se registraban mientras cada persona aún vivía. Dice el Salmista “Mi embrión vieron tus ojos, y en tus libros estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas” Salmos 139:16. “Jehová contará cuando se escribieren los pueblos: Este nació allí” Salmos 87:6.

De esta forma revela la Inspiración que los hechos de cada persona son registrados con terrible exactitud en los libros del cielo, y que la razón para que hayan libros está íntimamente ligada—La Razón Para El Juicio.

No todos los nombres una vez inscritos en los libros del Cordero van a quedar en ellos, esto lo confirma con triste claridad las siguientes escrituras:

“Y Jehová respondió a Moisés: Al que pecare contra mi, a este raeré yo de mi libro”. Exodo 32:33. “Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro”. Apocalipsis 22:19.

Consiguientemente, los libros contienen los nombres de una multitud mixta - los que se mantuvieron firmemente en la fe, continuando pacientemente hasta el fin, y los que no lo hicieron. Cristo dijo: “Mas el que perseverare hasta el fin éste será salvo”. Mateo 24:13. Pero los que no lo hacen se perderán.

“Estos son los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo; pero no tienen raíz en si, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan”. Marcos 4: 16-17.

“¡Oh Jehová, esperanza de Israel! Todos los que te dejan serán avergonzados; y los que se apartan de mi serán escritos en el polvo, porque dejaron a Jehová, manantial de aguas vivas”. Jeremías 17:13.

Entonces, tiene que llegar un día de dar cuentas, un día cuando el nombre de los que se hallaron indignos de la vida eterna serán borrados del libro de la vida del Cordero - un procedimiento para el cual el único término correcto puede ser el “Juicio investigador”.

Y ahora que ha venido el “tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios …”, “tu pues sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo” (2a. Timoteo 2:3), y “si [el Juicio] primero comienza por nosotros, ¿cual será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?” 1ª Pedro 4:17.