Cómo Cantar la Canción del Señor en Tierra Extraña

Lección 5, Primer Trimestre, del 27 de Enero al 2 de Febrero del 2024.

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Sábado por la tarde, 27 de Enero

Texto para memorizar:

"¿Cómo cantaremos la canción del SEÑOR en tierra extraña?" KJV - Salmo 137:4


A través de los siglos de persecución, lucha y tinieblas, Dios ha sostenido a su iglesia. Ni una nube ha caído sobre ella sin que él hubiese hecho provisión; ni una fuerza opositora se ha levantado para contrarrestar su obra, sin que él lo hubiese previsto. Todo ha sucedido como él lo predijo. El no ha dejado abandonada a su iglesia, sino que ha señalado en las declaraciones proféticas lo que ocurriría, y se ha producido aquello que su Espíritu inspiró a los profetas a predecir. Todos sus propósitos se cumplirán. Su ley está ligada a su trono, y ningún poder del maligno puede destruirla. La verdad está inspirada y guardada por Dios; y triunfará contra toda oposición. HAp 10.4

Durante los siglos de tinieblas espirituales, la iglesia de Dios ha sido como una ciudad asentada en un monte. De siglo en siglo, a través de las generaciones sucesivas, las doctrinas puras del cielo se han desarrollado dentro de ella. Por débil e imperfecta que parezca, la iglesia es el objeto al cual Dios dedica en un sentido especial su suprema consideración. Es el escenario de su gracia, en el cual se deleita en revelar su poder para transformar los corazones. HAp 11.1

Domingo, 28 de Enero

Los Días Del Mal


Lee el Salmo 74:18-22 y el Salmo 79:5-13. ¿Qué está en juego aquí?

De entre los fieles de Israel, que por largo tiempo habían esperado la venida del Mesías, surgió el precursor de Cristo. El anciano sacerdote Zacarías y su esposa Elizabet eran "justos delante de Dios;" y en su vida tranquila y santa, la luz de la fe resplandecía como una estrella en medio de las tinieblas de aquellos días malos. A esta piadosa pareja se le prometió un hijo, que iría "ante la faz del Señor, para aparejar sus caminos." DTG 72.1

En el último gran conflicto de la controversia con Satanás, los que sean leales a Dios se verán privados de todo apoyo terrenal. Porque se niegan a violar su ley en obediencia a las potencias terrenales, se les prohibirá comprar o vender. Finalmente será decretado que se les dé muerte.8 Pero al obediente se le hace la promesa: "Habitará en las alturas: fortalezas de rocas serán su lugar de acogimiento; se le dará su pan, y sus aguas serán ciertas."9 Los hijos de Dios vivirán por esta promesa. Serán alimentados cuando la tierra esté asolada por el hambre. "No serán avergonzados en el mal tiempo; y en los días de hambre serán hartos."10 El profeta Habacuc previó este tiempo de angustia, y sus palabras expresan la fe de la iglesia: "Aunque la higuera no florecerá, ni en las vides habrá frutos; mentirá la obra de la oliva, y los labrados no darán mantenimiento, y las ovejas serán quitadas de la majada, y no habrá vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salud." DTG 97.1

Satanás estudia la Biblia con cuidado. Sabe que le queda poco tiempo y procura en todo punto contrarrestar la obra que el Señor está haciendo sobre esta tierra. Es imposible dar una idea de lo que experimentará el pueblo de Dios que viva en la tierra cuando se combinen la manifestación de la gloria de Dios y la repetición de las persecuciones pasadas. Andará en la luz que emana del trono de Dios. Por medio de los ángeles, las comunicaciones entre el cielo y la tierra se mantendrán constantes. Por su parte Satanás, rodeado de sus ángeles, y haciéndose pasar por Dios, hará toda clase de milagros a fin de seducir, si posible fuese, aun a los escogidos. El pueblo de Dios no hallará seguridad en la realización de milagros, porque Satanás los imitará. En esta dura prueba, el pueblo de Dios hallará su fortaleza en la señal mencionada en Éxodo 31:12-18. Tendrán que afirmarse sobre la palabra viviente: "Escrito está". Es el único fundamento seguro. Aquellos que hayan quebrantado su alianza con Dios estarán entonces sin Dios y sin esperanza. 9TPI 15.1

Lunes, 29 de Enero

A Las Puertas de la Muerte


Lee el Salmo 41:1-4; el Salmo 88:3-12; y el Salmo 102:3-5, 11, 23, 24. ¿Qué experiencias describen estos textos? ¿En qué puedes relacionarte con lo que aquí se dice?

"¿No es repartir tu pan al hambriento, y que traigas a tu casa a los pobres desechados? Cuando veas al desnudo, que lo cubras, y que no te escondas de tu propia carne?". Isa. 58:7.

Este desafío, Hermano, Hermana, no puede ser cumplido a menos que todos sabiamente ayuden en la capacidad que sea posible, recordando que ningún esfuerzo sino aquel que exige un sacrificio, es recompensado...

Cuando el cristianismo despierte plenamente a esta gran necesidad y haga algo al respecto, "entonces", promete el Señor, "nacerá tu luz como la mañana, y tu salud brotará pronto; e irá tu justicia delante de ti; la gloria del Señor será tu recompensa. Entonces invocarás, y el Señor te responderá; clamarás, y dirá: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el extender el dedo y el hablar vanidad; y si sacares tu alma al hambriento, y saciares al alma afligida, entonces nacerá tu luz en la oscuridad, y tus tinieblas serán como el mediodía; y Jehová te guiará continuamente, y saciará tu alma en la sequía, y engordará tus huesos; y serás como huerto regado, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan." Isa. 58:8-11.

En medio de su próspero reinado, el rey Ezequías se vió repentinamente aquejado de una enfermedad fatal. Estaba "enfermo para morir," y no había remedio para su caso en el poder humano. Parecía perdido el último vestigio de esperanza cuando el profeta Isaías se presentó ante él con el mensaje: "Jehová dice así: Ordena tu casa, porque tú morirás, y no vivirás." Isaías 38:1.

La perspectiva parecía sombría en absoluto; y sin embargo podía el rey orar todavía a Aquel que había sido hasta entonces su "amparo y fortaleza," su "pronto auxilio en las tribulaciones." Salmos 46:1. Así que "volvió él su rostro a la pared, y oró a Jehová, y dijo: Ruégote, oh Jehová, ruégote hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad e íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezechías con gran lloro." 2 Reyes 20:2, 3.

Desde los tiempos de David, no había reinado rey alguno que hubiese obrado tan poderosamente para la edificación del reino de Dios en un tiempo de apostasía y desaliento. El moribundo rey había servido fielmente a su Dios, y había fortalecido la confianza del pueblo en Jehová como su Gobernante supremo. Y, como David, podía ahora interceder así:

"Entre mi oración en tu presencia:inclina tu oído a mi clamor.Porque mi alma está harta de males,y mi vida cercana al sepulcro." Salmos 88:2, 3. PR 252.1 - PR 252.4

Martes, 30 de Enero

¿Dónde está Dios?


Lee el Salmo 41:1-3, el Salmo 63:1 y el Salmo 102:1-7. ¿Qué causa gran dolor al salmista?

Hay necesidad de oración, de oración muy ferviente, sincera, como en agonía, de oración como la que ofreció David cuando exclamó: "Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía". Salmos 42:1. "Yo he anhelado tus mandamientos" (Salmos 119:40); "he deseado tu salvación" Salmos 119:174. "Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo". Salmos 84:2. "Quebrantada está mi alma de desear tus juicios en todo tiempo". Salmos 119:20. Tal es el espíritu de la oración que lucha, como el que poseía el real salmista.

Daniel oró a Dios, sin ensalzarse a sí mismo ni pretender bondad alguna: "Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, Señor, y hazlo; no tardes, por amor de ti mismo, Dios mío". Daniel 9:19. Esto es lo que Santiago llama la oración eficaz y ferviente. De Cristo se dice: "Estando en agonía oraba más intensamente". Lucas 22:44. ¡Qué contraste presentan con esta intercesión de la Majestad celestial las débiles y tibias oraciones que se ofrecen a Dios! Muchos se conforman con el servicio de los labios, y pocos tienen un anhelo sincero, ferviente y afectuoso por Dios. 4TPI 525.3 - 4TPI 526.1

"En su larga vida, David no encontró en la tierra un lugar de descanso. En su madurez, fugitivo perseguido, encontró refugio en las rocas y cuevas del desierto, donde escribió: ST 22 de julio de 1908, par. 1

"'Oh Dios, Tú eres mi Dios; temprano te buscaré: Mi alma tiene sed de Ti, mi carne te anhela En una tierra seca y sedienta, donde no hay agua.... Tú has sido mi ayuda, Por eso a la sombra de tus alas me regocijaré'". ST 22 de julio de 1908, par. 2 (Referencia del Inglés)

Miércoles, 31 de Enero

Ha Fallado para Siempre su Promesa


Lee el Salmo 77. ¿Qué experiencia está viviendo el autor?

"Me acordaré de las obras de JAH; sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas. Meditaré en todas tus obras, y hablaré de tus hechos". Salmos 77:11, 12.

Se debe ejercer gran cuidado al interpretar las Escrituras. Se las ha de leer con un corazón abierto a recibir la Palabra de Dios, que trae la luz del Cielo y da entendimiento a los simples. Esto no se refiere a la débil menta, sino a quienes no se extienden más allá de su medida y capacidad ni intentan ser originales e independientes en el logro de un conocimiento que está por encima del verdadero conocimiento...

El ánimo del salmista David pasó por muchos cambios. A veces, cuando se percataba de la voluntad y de los caminos de Dios, sentía gran euforia; después, cuando captaba una imagen del reverso de la misericordia y del inmutable amor de Dios, todo le parecía que estaba envuelto en una nube de oscuridad... Pero cuando meditaba en las dificultades y en los peligros de la vida, le parecían tan difíciles de sobrellevar, que se sentía abandonado de Dios debido a sus pecados. Veía su pecado en una manera tan clara, que exclamó: "¿Desechará el Señor para siempre, y no volverá más a sernos propicio?"

Pero mientras lloraba y oraba, obtuvo una visión más clara del carácter y de los atributos de Dios, fue instruido por los agentes celestiales y llegó a la conclusión de que eran exageradas sus ideas de la severidad de Dios... Cuando David consideró las declaraciones y promesas que [Dios] le había hecho [a Israel], sabiendo que estaban dirigidas a todo el que las necesitaba, tanto como los había necesitado Israel, entonces se apropió de ellas...

Cuando David hizo suyas esas promesas y esos privilegios, decidió dejar de ser apresurado en sus juicios, y no desanimarse ni abatirse en inútil desesperación. Su alma se reanimó cuando contempló el carácter de Dios tal como se manifiesta en sus enseñanzas, su paciencia, excelsa grandeza y misericordia, y vio que no se debe dar a las obras y maravillas de Dios una aplicación restringida.

Pero de nuevo cambió la experiencia de David. Al ver que los transgresores y pecadores recibían bendiciones y favores, en tanto que los que amaban verdaderamente a Dios estaban rodeados por dificultades y perplejidades que quienes pecaban abiertamente no experimentaban, llegó a pensar que los caminos de Dios no tenían equidad... "Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos".

David no pudo comprender esto hasta que entró en el santuario de Dios; recién entonces, pudo decir: "Comprendí el fin de ellos". "Ciertamente, los has puesto en deslizaderos; en asolamientos los harás caer... Con todo yo siempre estuve contigo".—Manuscrito 4, 1896. CT 155.1 - CT 155.7

Jueves, 1 de Febrero

Para que los Justos no sean Tentados


Lee el Salmo 37:1-8; el Salmo 49:5-7; el Salmo 94:3-7; y el Salmo 125:3. ¿A qué lucha se enfrenta el salmista?

El salmista dice: "Confía en Jehová, y obra el bien; habita tranquilo en la tierra, y apaciéntate de la verdad."5 "Confía en Jehová." Cada día trae sus cargas, sus cuidados y perplejidades; y cuán listos estamos para hablar de ellos cuando nos encontramos unos con otros. Nos acosan tantas penas imaginarias, cultivamos tantos temores y expresamos tal peso de ansiedades, que cualquiera podría suponer que no tenemos un Salvador poderoso y misericordioso, dispuesto a oír todas nuestras peticiones y a ser nuestro protector constante en cada hora de necesidad. CC 121.2

En el salmo 49 leemos: "Los que confían en sus bienes, y de la muchedumbre de sus riquezas se jactan, ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, ni dar a Dios su rescate (porque la redención de su vida es de gran precio, y no se logrará jamás)". vers. 6-8. Si todos recordaran, y pudieran apreciar algo del inmenso sacrificio hecho por Cristo, se sentirían reprendidos por su temeridad y su supremo egoísmo. "Vendrá nuestro Dios, y no callará; fuego consumirá delante de él, y tempestad poderosa le rodeará. Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo. Juntadme mis santos, los que hicieron conmigo pacto con sacrificio". Salmos 50:3-5. Por causa del egoísmo y el amor al mundo, Dios queda olvidado, y muchos padecen de esterilidad del alma, y claman: "¡Mi debilidad, mi debilidad!" Dios ha proporcionado medios a su pueblo para probarlo, para verificar cuán profundo es su pretendido amor por él. Algunos se apartarán de él, y abandonarán su tesoro celestial, antes que disminuir sus posesiones terrenales y hacer con él un pacto con sacrificio. Los invita a ofrecer sacrificios; pero el amor al mundo cierra sus oídos, y no quieren oír. 2TPI 178.3

"En sus tratos con los filisteos, Dios había mostrado cuán fácilmente, en su tiempo señalado, puede derribar el baluarte de la superstición y barrer el refugio de la mentira. El Señor emplea a menudo a sus enemigos más encarnizados para castigar la infidelidad de su pueblo declarado. Los impíos pueden triunfar por un tiempo al ver que Israel sufre el castigo; pero que estén seguros de que la ira de Dios caerá dentro de poco con peso aplastante sobre ellos mismos. Por más que el pecador se regocije ahora en las recompensas de la injusticia, los ojos ciegos verán todavía, el corazón duro caerá un día, que una vida de rebelión contra Dios ha sido un terrible error." ST 12 de enero de 1882, Art. A, par. 8 (Referencia del Inglés)

Lee Salmo 73: 1-20, 27. ¿Cuál es el fin de los que confían en cosas vanas?

"El salmista David tuvo esta experiencia. Cuando contempló la condición floreciente de los malvados, sintió envidia de su éxito, y dijo: "He aquí, éstos son los impíos, que prosperan en el mundo; aumentan en riquezas. En vano he limpiado mi corazón y me he lavado las manos inocentemente. Porque todo el día he estado atormentado". Pero cuando entró en el santuario y comulgó con el Señor, dejó de desear la porción de los impíos, pues entonces comprendió su fin. Vio que su camino conducía al fin a la perdición, y que su placer era sólo por una temporada. La envidia ya no tenía cabida en su corazón. Su espíritu rebelde se inclinó en humilde sumisión a su Dios, y declaró: "Tú me guiarás con tu consejo, y después me recibirás en la gloria". Vio que la guía del Señor era de un valor infinitamente mayor que toda la prosperidad temporal del mundo; porque el camino del Señor mantenía los pies en las sendas de justicia que conducen a la gloria eterna." ST 3 de febrero de 1888, par. 3

Viernes, 2 de Febrero

Estudio Adicional

Algunos temen siempre, y toman cuitas prestadas. Todos los días están rodeados de las prendas del amor de Dios; todos los días gozan las bondades de su providencia; pero pasan por alto estas bendiciones presentes. Sus mentes están siempre espaciándose en algo desagradable cuya llegada temen; o puede ser que existan realmente algunas dificultades que, aunque pequeñas, ciegan sus ojos a las muchas bendiciones que demandan gratitud. Las dificultades con que tropiezan, en vez de guiarlos a Dios, única fuente de todo bien, los separan de El, porque despiertan desasosiego y lamentos.

¿Hacemos bien en ser así incrédulos? ¿Por qué ser ingratos y desconfiados? Jesús es nuestro amigo; todo el cielo está interesado en nuestro bienestar. No debemos tolerar que las perplejidades y congojas cotidianas aflijan nuestro espíritu y obscurezcan nuestro semblante. Si lo permitimos, habrá siempre algo que nos moleste y fatigue. No debemos dar entrada a los cuidados que sólo nos inquietan y agotan pero no nos ayudan a soportar las pruebas.

Podéis estar perplejos en los negocios; vuestra perspectiva puede ser cada día más sombría, y podéis estar amenazados de pérdidas; pero no os descorazonéis; confiad vuestras cargas a Dios y permaneced serenos y alegres. Pedid sabiduría para manejar vuestros asuntos con discreción, a fin de evitar pérdidas y desastres. Haced todo lo que esté de vuestra parte para obtener resultados favorables. El Señor Jesús nos prometió su ayuda, pero sin eximirnos de hacer lo que esté de nuestra parte. Si confiando en nuestro Ayudador hemos hecho todo lo que podíamos, aceptemos con buen ánimo los resultados. CC 121.3 - CC 122.2