Excusas Para Eludir La Misión

Lección 5, Trimestre 4 del 28 de Octubre al 3 de Noviembre de 2023

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Sábado de Tarde, 28 de Octubre

PARA MEMORIZAR:

“Después oí la voz del Señor, que dijo: ‘¿A quién enviaré? ¿Quién irá de nuestra parte?’ Entonces respondí: ‘Aquí estoy, envíame a mí’ ” (Isa. 6:8).


El mensaje de Dios para los habitantes de la tierra hoy es: “Por tanto, también vosotros estad apercibidos; porque el Hijo del hombre ha de venir a la hora que no pensáis.” Mateo 24:44. Las condiciones que prevalecen en la sociedad, y especialmente en las grandes ciudades de las naciones, proclaman con voz de trueno que la hora del juicio de Dios ha llegado, y que se acerca el fin de todas las cosas terrenales. Nos hallamos en el mismo umbral de la crisis de los siglos. En rápida sucesión se seguirán unos a otros los castigos de Dios: incendios e inundaciones, terremotos, guerras y derramamiento de sangre. No debemos quedar sorprendidos en este tiempo por acontecimientos grandes y decisivos; porque el ángel de la misericordia no puede permanecer mucho más tiempo para proteger a los impenitentes. PR 207

“Porque he aquí que Jehová sale de su lugar, para visitar la maldad del morador de la tierra contra él; y la tierra descubrirá sus sangres, y no más encubrirá sus muertos.” Isaías 26:21. Se está preparando la tempestad de la ira de Dios; y sólo subsistirán los que respondan a las invitaciones de la misericordia, como lo hicieron los habitantes de Nínive bajo la predicación de Jonás, y sean santificados por la obediencia a las leyes del Gobernante divino. Sólo los justos serán escondidos con Cristo en Dios hasta que pase la desolación. PR 208

Domingo, 29 de Octubre

Nuestras Excusas: Miedo


Lee Nahum 1:1; 3:1 al 4; 2 Reyes 17:5 y 6; y 19:32 al 37. ¿Qué revelan estos versículos sobre Nínive y la relación entre Asiria e Israel? ¿Cómo podría haber influido esta relación en la decisión de Jonás de ir a Tarsis?

Toda la experiencia de Jonás podría ser un tipo del pueblo de Dios con un mensaje que habrían de proclamar al mundo. Podría ser esto un tipo de los deberes que Dios le dio a su pueblo y que ellos, como Jonás, quisieron ponerlo a un lado para que alguien más lo hiciera.

Mientras el profeta pensaba en las dificultades e imposibilidades aparentes de lo que se le había encargado, se sintió tentado a poner en duda la prudencia del llamamiento. Desde un punto de vista humano, parecía que nada pudiera ganarse proclamando un mensaje tal en aquella ciudad orgullosa. Se olvidó por el momento de que el Dios a quien servía era omnisciente y omnipotente. Mientras vacilaba y seguía dudando, Satanás le abrumó de desaliento. El profeta fué dominado por un gran temor, y “se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis.” Fué a Joppe, encontró allí un barco a punto de zarpar y “pagando su pasaje entró en él, para irse con ellos.” Vers. 3. PR 199

Dios había preparado al pez para que se tragara a Jonás, porque Él había tomado la determinación de que Jonás debería ser aquél que llevara el mensaje a Nínive, y Jonás no del todo decidido a hacer esto, se las arregló para irse a otro lugar en lugar de a Nínive. Y así el pez se tragó a Jonás para llevarlo a donde Dios quería que fuera. La experiencia que tuvo Jonás mientras estaba en el vientre del pez fue buena para él, porque hizo que se diera cuenta hasta un grado de su necesidad de Dios. El se dio cuenta que se había ido sin la ayuda inmediata de Dios.

Lunes, 30 de Octubre

Nuestras Excusas: Conceptos Falsos


Lee Jonás 2:1 al 3, y 7 al 10. ¿Qué revelan estos versículos acerca de cómo Jonás comenzó a comprender la providencia de Dios?

El encargo que había recibido imponía a Jonás una pesada responsabilidad; pero el que le había ordenado que fuese podía sostener a su siervo y concederle éxito. Si el profeta hubiese obedecido sin vacilación, se habría ahorrado muchas experiencias amargas, y habría recibido abundantes bendiciones. Sin embargo, el Señor no abandonó a Jonás en su hora de desesperación. Mediante una serie de pruebas y providencias extrañas, debía revivir la confianza del profeta en Dios y en su poder infinito para salvar. PR 199

Si, cuando recibió el llamamiento, Jonás se hubiese detenido a considerarlo con calma, podría haber comprendido cuán insensato sería cualquier esfuerzo de su parte para escapar a la responsabilidad puesta sobre él. Pero no se le dejó continuar mucho tiempo en su huída insensata. “Mas Jehová hizo levantar un gran viento en la mar, e hízose una tan grande tempestad en la mar, que pensóse se rompería la nave. Y los marineros tuvieron miedo, y cada uno llamaba a su dios: y echaron a la mar los enseres que había en la nave, para descargarla de ellos. Jonás empero se había bajado a los lados del buque, y se había echado a dormir.” Vers. 4, 5 PR 199

Mientras los marineros solicitaban ayuda a sus dioses paganos, el patrón de la nave, angustiado sobre medida, buscó a Jonás y dijo: “¿Qué tienes, dormilón? Levántate, y clama a tu Dios; quizá él tendrá compasión de nosotros, y no pereceremos.” Vers. 6 PR 199

Pero las oraciones del hombre que se había apartado de la senda del deber no trajeron auxilio. Los marineros, inducidos a pensar que la extraña violencia de la tempestad era muestra de cuán airados estaban sus dioses, propusieron como último recurso que se echasen suertes “para saber por quién nos ha venido este mal. Y echaron suertes, y la suerte cayó sobre Jonás. Entonces le dijeron ellos: Decláranos ahora por qué nos ha venido este mal. ¿Qué oficio tienes, y de dónde vienes? ¿cuál es tu tierra, y de qué pueblo eres? PR 200

“Y él les respondió: Hebreo soy, y temo a Jehová, Dios de los cielos, que hizo la mar y la tierra. PR 200

“Y aquellos hombres temieron sobremanera, y dijéronle: ¿Por qué has hecho esto? Porque ellos entendieron que huía de delante de Jehová, porque se lo había declarado. PR 200

“Y dijéronle: ¿Qué te haremos, para que la mar se nos quiete? Porque la mar iba a más, y se embravecía. El les respondió: Tomadme, y echadme a la mar, y la mar se os quietará: porque yo sé que por mí ha venido esta grande tempestad sobre vosotros. PR 200

“Y aquellos hombres trabajaron por tornar la nave a tierra; mas no pudieron, porque la mar iba a más, y se embravecía sobre ellos. Entonces clamaron a Jehová, y dijeron: Rogámoste ahora, Jehová, que no perezcamos nosotros por la vida de aqueste hombre, ni pongas sobre nosotros la sangre inocente: porque tú, Jehová, has hecho como has querido. Y tomaron a Jonás, y echáronlo a la mar; y la mar se quietó de su furia. Y temieron aquellos hombres a Jehová con gran temor; y ofrecieron sacrificio a Jehová, y prometieron votos. PR 200

Por fin, Jonás había aprendido que “de Jehová es la salud.” Salmos 3:8. Al arrepentirse y al reconocer la gracia salvadora de Dios, obtuvo la liberación. Jonás fué librado de los peligros del hondo mar, y fué arrojado en tierra seca. PR 200

Martes, 31 de Octubre

Nuestras Excusas: La Inconveniencia


Lee Jonás 3. ¿Cómo respondió la gente a la predicación de Jonás? ¿Qué lecciones de testificación se evidencian aquí?

Después que Jonás llegó a la orilla, seguido de su experiencia en el mar, su siguiente paso consistió en proclamar un mensaje a Nínive evidentemente para salvarla o no habría habido necesidad de que Jonás fuera enviado. Al final de los cuarenta días concedidos, Nínive se levantó. En esta ocasión Jonás debería haber asumido una posición de regocijo como el salvador de Nínive. Pero por el contrario, Jonás estaba enfermo y deseaba estar muerto.

Nínive, como recordarán, se arrepintió y proclamó ayuno. Y aún el ganado se dio cuenta que Nínive se había arrepentido, pero Jonás no lo sabía. Jonás debía haber estado orgulloso y más interesado al hacer que su profecía se cumpliera, más que su preocupación por la salvación de la ciudad, porque él se lamentó por la calabacera que se había secado, que es solamente una planta, ¡en lugar de alegrarse por el arrepentimiento de Nínive!

Sepa primero que Dios no está interesado en su negocio egoísta, sino en usted y en su negocio de salvarle. Por lo tanto no hay necesidad de que usted le sirva a mamón (al yo), y al mismo tiempo esperar sus bendiciones en los intereses de mamón. Ningún hombre aún en el mundo puede trabajar para su propio interés y todavía esperar su firma para promoverle, o guardarle de cualquier cargo de deber. Ningún empleador contrata personas porque él quiere que sus empleados se ganen la vida, sino solamente porque él quiere que se cuide de su propio negocio. Sepa que el negocio de Dios es de mayor importancia y de consecuencias de más alcance que cualquier negocio del hombre, y que Dios es más particular que lo que cualquier hombre fué o será jamás.

Mateo 11: 28-30 - “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”.

Siempre recuerde que Dios no le ha llamado a su puesto de deber para alimentarle o hacerle rico, sino para salvarle y para salvar a otros por medio de usted. Por lo tanto, todo lo que haga, hágalo para la gloria de Dios. Entonces y sólo entonces él proveerá “todas estas cosas”, las cosas que Dios ve que conviene dar. El verá que usted gane para sus necesidades de una manera u otra. Nada menos que la fe de Noé, de Job, y de Daniel pagarán la cuenta, Hermano, Hermana, porque cualquier cosa menos que esto es un insulto para Dios. Es lo mismo que llamarlo impostor. Dudar de las promesas de Dios completamente roba al que duda de todas las bendiciones y promesas de Dios. Solo cuando usted aprenda a confiar en él será “como escondedero contra el viento, y como acogida contra el turbión, como arroyo de agua en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa”. Isaías 32:2.

“Mas buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Esta promesa se aplicó en el tiempo de David, y se aplicará ahora.

Miércoles, 1 de Noviembre

Nuestras Excusas: Confrontaciones Incómodas


Lee Jonás 4. ¿Qué le pasaba a este hombre?

Cuando Jonás conoció el propósito que Dios tenía de perdonar a la ciudad, que, a pesar de su maldad había sido inducida a arrepentirse en saco y ceniza, debiera haber sido el primero en regocijarse por la asombrosa gracia de Dios; pero en vez de hacerlo permitió que su mente se espaciase en la posibilidad de que se le considerase falso profeta. Celoso de su reputación, perdió de vista el valor infinitamente mayor de las almas de aquella miserable ciudad. Pero al notar la compasión manifestada por Dios hacia los arrepentidos ninivitas “Jonás se apesadumbró en extremo, y enojóse.” Preguntó al Señor: “¿No es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me precaví huyendo a Tarsis: porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo a enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal.” Jonás 4:1, 2. PR 202

Una vez más cedió a su inclinación a dudar, y una vez más fué abrumado por el desaliento. Perdiendo de vista los intereses ajenos, y dominado por el sentimiento de que era preferible morir antes que ver sobrevivir la ciudad, exclamó, en su desconformidad: “Ahora pues, oh Jehová, ruégote que me mates; porque mejor me es la muerte que la vida.” PR 203

El Señor preguntó: “¿Haces tú bien en enojarte tanto? Y salióse Jonás de la ciudad, y asentó hacia el oriente de la ciudad, e hízose allí una choza, y se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver qué sería de la ciudad. Y preparó Jehová Dios una calabacera, la cual creció sobre Jonás para que hiciese sombra sobre su cabeza, y le defendiese de su mal: y Jonás se alegró grandemente por la calabacera.” Vers. 3-6 PR 203

El Señor dió entonces a Jonás una lección objetiva. “Preparó un gusano al venir la mañana del día siguiente, el cual hirió a la calabacera, y secóse. Y acaeció que al salir el sol, preparó Dios un recio viento solano; y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y desmayábase, y se deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que mi vida.” PR 203

Nuevamente Dios habló a su profeta: “¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte. PR 203

“Y dijo Jehová: Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció: ¿y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento y veinte mil personas que no conocen su mano derecha ni su mano izquierda, y muchos animales?” Vers. 7-11. PR 203

Confundido, humillado e incapaz de comprender el propósito que tenía Dios al perdonar a Nínive, Jonás había cumplido sin embargo la comisión que se le diera de amonestar aquella gran ciudad; y aun cuando no se cumplió el acontecimiento predicho, el mensaje de advertencia no dejaba de haber procedido de Dios. Cumplió el propósito que Dios tenía al mandarlo. La gloria de su gracia se reveló entre los paganos. Los que habían estado “en tinieblas y sombra de muerte, aprisionados en aflicción y en hierros, ... clamaron a Jehová en su angustia” y “librólos de sus aflicciones. Sacólos de las tinieblas y de la sombra de muerte, y rompió sus prisiones... Envió su palabra, y curólos, y librólos de su ruina.” Salmos 107:10, 13, 14, 20 PR 203

Jueves, 2 de Noviembre

Aquí Estoy, Envíame A Mí


Lee Isaías 6:1 al 8. ¿Cuál es la idea central expresada en este pasaje?

Los mensajeros de Dios en las grandes ciudades no deben desalentarse por la impiedad, la injusticia y la depravación que son llamados a arrostrar mientras tratan de proclamar las gratas nuevas de salvación. El Señor quisiera alentar a todos los que así trabajan con el mismo mensaje que dió al apóstol Pablo en la impía ciudad de Corinto: “No temas, sino habla, y no calles: porque yo estoy contigo, y ninguno te podrá hacer mal; porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.” Hechos 18:9, 10. Recuerden los que están empeñados en el ministerio de salvar las almas que a pesar de que son muchos los que no quieren escuchar los consejos que Dios da en su palabra, no se apartará todo el mundo de la luz y la verdad ni de las invitaciones de un Salvador paciente y tolerante. En toda ciudad, por muy llena que esté de violencia y de crímenes, hay muchos que con la debida enseñanza pueden aprender a seguir a Jesús. A miles puede comunicarse así la verdad salvadora, e inducirlos a recibir a Cristo como su Salvador personal. PR 207

El mensaje de Dios para los habitantes de la tierra hoy es: “Por tanto, también vosotros estad apercibidos; porque el Hijo del hombre ha de venir a la hora que no pensáis.” Mateo 24:44. Las condiciones que prevalecen en la sociedad, y especialmente en las grandes ciudades de las naciones, proclaman con voz de trueno que la hora del juicio de Dios ha llegado, y que se acerca el fin de todas las cosas terrenales. Nos hallamos en el mismo umbral de la crisis de los siglos. En rápida sucesión se seguirán unos a otros los castigos de Dios: incendios e inundaciones, terremotos, guerras y derramamiento de sangre. No debemos quedar sorprendidos en este tiempo por acontecimientos grandes y decisivos; porque el ángel de la misericordia no puede permanecer mucho más tiempo para proteger a los impenitentes. PR 207

“Porque he aquí que Jehová sale de su lugar, para visitar la maldad del morador de la tierra contra él; y la tierra descubrirá sus sangres, y no más encubrirá sus muertos.” Isaías 26:21. Se está preparando la tempestad de la ira de Dios; y sólo subsistirán los que respondan a las invitaciones de la misericordia, como lo hicieron los habitantes de Nínive bajo la predicación de Jonás, y sean santificados por la obediencia a las leyes del Gobernante divino. Sólo los justos serán escondidos con Cristo en Dios hasta que pase la desolación. Sea éste el lenguaje del alma. PR 208

Viernes, 3 de Noviembre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

Durante su ministerio terrenal, Cristo se refirió al bien realizado por la predicación de Jonás en Nínive, y comparó a los habitantes de aquel centro pagano con el pueblo que profesaba pertenecer a Dios en su época. Declaró: “Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás; y he aquí más que Jonás en este lugar.” Mateo 12:40, 41. En el mundo atareado, dominado por el bullicio y las altercaciones del comercio, donde los hombres procuraban obtener todo lo que podían para sí, había venido Cristo; y sobre la confusión, su voz, como trompeta de Dios, se oyó decir: “¿Qué aprovechará al hombre, si granjeare todo el mundo, y pierde su alma? o ¿qué recompensa dará el hombre por su alma?” Marcos 8:36, 37. PR 204

Como la predicación de Jonás fué una señal para los ninivitas, lo fué para su propia generación la predicación de Cristo. Pero ¡qué contraste entre las dos maneras en que fué recibida la palabra! Sin embargo, frente a la indiferencia y el escarnio, el Salvador siguió obrando, hasta que hubo cumplido su misión. PR 204