Aguardar en el Crisol

Lesson 11, 3er Trimestre, del 3 al 9 de Septiembre del 2022

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Sábado por la Tarde – 3 de Septiembre

Texto para Memorizar:

Pero el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, RVa — Gálatas 5:22


Y da fruto "en paciencia". Nadie que reciba la palabra de Dios quedará libre de dificultades y pruebas; pero cuando se presenta la aflicción, el verdadero cristiano no se inquieta, no pierde la confianza ni se desalienta. Aunque no podamos ver los resultados finales, ni podamos discernir el propósito de las providencias de Dios, no hemos de desechar nuestra confianza. Recordando las tiernas misericordias del Señor, debemos descargar en él nuestra inquietud y esperar con paciencia su salvación. PVGM 40.3

La vida espiritual se fortalece con el conflicto. Las pruebas, cuando se las sobrelleva bien, desarrollan la firmeza de carácter y las preciosas gracias espirituales. El fruto perfecto de la fe, la mansedumbre y el amor, a menudo maduran mejor entre las nubes tormentosas y la oscuridad. PVGM 41.1

Domingo – 4 de Septiembre

El Dios de la Paciencia

Romanos 15:4,5; 5:3-5

¿A qué nos lleva la paciencia?

En la Epístola a los Hebreos se señala el propósito absorbente que debería caracterizar la carrera cristiana por la vida eterna: "Dejando todo el peso del pecado que nos rodea, corramos con paciencia la carrera que nos es propuesta, puestos los ojos en el Autor y consumador de la fe, en Jesús." Hebreos 12:1, 2. La envidia, la malicia, los malos pensamientos, las malas palabras, la codicia: éstos son pesos que el cristiano debe deponer para correr con éxito la carrera de la inmortalidad. Todo hábito o práctica que conduce al pecado o deshonra a Cristo, debe abandonarse, cualquiera que sea el sacrificio. La bendición del cielo no puede descender sobre ningún hombre que viola los eternos principios de la justicia. Un solo pecado acariciado es suficiente para degradar el carácter y extraviar a otros. HAp 251.3

Lo que el mundo necesita hoy, no son predicadores, sino maestros quienes pueden enseñar con una mano y emplear el pico o pala con la otra mano. Tampoco necesita el mundo hombres que acechen las oficinas de Moisés y de Aarón, sino que hay una tremenda necesidad de los hombres que puedan recibir órdenes y ejecutarlas fielmente con éxito, hombres que se atrevan a hacer frente al gigante, al león, al oso. Hombres que se atrevan ser héroes por Dios, “Hombres maravillosos”, hombres con fe que no falla y con paciencia sin límite, creyendo que Dios mismo está dirigiendo la tripulación, y, por lo tanto, no puede haber fracaso. El mundo ciertamente necesita hombres como Noé, Moisés, David, Esdras, Nehemías, y un gran número de Jobs.

Lunes – 5 de Septiembre

Los Tiempos de Dios

Romanos 5:6 ; Galatas 4:4

¿Qué nos dicen las Escrituras anteriores sobre el tiempo de Dios?

Todos deseamos respuestas inmediatas y directas a nuestras oraciones, y estamos dispuestos a desalentarnos cuando la contestación tarda, o cuando llega en forma que no esperábamos. Pero Dios es demasiado sabio y bueno para contestar siempre a nuestras oraciones en el plazo exacto y en la forma precisa que deseamos. El quiere hacer en nuestro favor algo más y mejor que el cumplimiento de todos nuestros deseos. Y por el hecho de que podemos confiar en su sabiduría y amor, no debemos pedirle que ceda a nuestra voluntad, sino procurar comprender su propósito y realizarlo. Nuestros deseos e intereses deben perderse en su voluntad. Los sucesos que prueban nuestra fe son para nuestro bien, pues denotan si nuestra fe es verdadera y sincera, y si descansa en la Palabra de Dios sola, o si, dependiente de las circunstancias, es incierta y variable. La fe se fortalece por el ejercicio. Debemos dejar que la paciencia perfeccione su obra, recordando que hay preciosas promesas en las Escrituras para los que esperan en el Señor. MC 176.2

Como no había nada que se pudiera hacer para salvar a nuestros antepasados de la vergüenza, el Señor dejó que las naciones golpearan a su pueblo y lo dispersaran a los cuatro vientos. Sin embargo, dejó la promesa de que esperaría hasta que ellos, como pueblo, hubieran pasado por su período de prodigalidad, hasta que ellos, como individuos, descubrieran sus errores y dieran al Señor la oportunidad de desplegar Su gracia con ellos. Aquellos que esperan por Él ciertamente recibirán Sus bendiciones.

Martes – 6 de Septiembre

David: Una Lección Objetiva sobre la Espera

1 Samuel 16: 1-13; 26:1-25

¿Por qué David se niega a matar a Saúl?

Nuevamente se le comunicó a Saúl: "He aquí que David está en el desierto de Engaddi. Y tomando Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, fué en busca de David y de los suyos, por las cumbres de los peñascos de las cabras monteses." David sólo tenía seiscientos hombres en su compañía, en tanto que Saúl avanzaba contra él con un ejército de tres mil. En una cueva retirada el hijo de Isaí y sus hombres esperaban la dirección de Dios acerca de lo que habían de hacer. Mientras Saúl se abría paso montaña arriba, se desvió, y entró solo en la caverna misma donde David y su grupo estaban escondidos. Cuando los hombres de David vieron esto, le instaron a que diera muerte a Saúl. Interpretaban ellos el hecho de que el rey estaba ahora en su poder, como una evidencia segura de que Dios mismo había entregado al enemigo en sus manos, para que lo mataran. David estuvo tentado a mirar así el asunto; pero la voz de la conciencia le habló, diciéndole: No toques al ungido de Jehová. PP54 717.3 - PP54 717.4

Los hombres de David aun no querían dejar a Saúl irse en paz, y le recordaron a su jefe las palabras de Dios: "He aquí que entrego tu enemigo en tus manos, y harás con él como te pareciere. Y levantóse David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl." Pero su conciencia le remordió después, porque había dañado el manto del rey. PP54 718.1

Aquellos a los que el Señor promueve, siempre rehúsan presentarse. Aunque David, por ejemplo, había sido ungido por Samuel para ser rey de Israel, nunca intentó ocupar el trono. De hecho, ni siquiera dio a conocer su nombramiento. Y luego, a riesgo de morir a manos de Saúl, incluso lo protegió. En toda esta hermosa caballerosidad, David mostró el amor, la humildad, la mansedumbre y la justicia nacida (inspirada) del Espíritu de Dios. La suya era la paciencia tranquila, amable y tolerante que viene con el conocimiento seguro de que Dios está en control. Sabiendo que el Señor lo había ungido para ser rey, esperó felizmente hasta que el Señor consideró oportuno ponerlo en el trono.

Miércoles – 7 de Septiembre

Elijah: The Problem of Rushing

1 Kings 19:1-9

¿Qué lecciones podemos aprender de la experiencia de Elías en la Escritura anterior?

Parecería que, después de haber manifestado valor tan indómito y de haber triunfado tan completamente sobre el rey, los sacerdotes y el pueblo, Elías ya no podría ceder al desaliento ni verse acobardado por la timidez. Pero el que había sido bendecido con tantas evidencias del cuidado amante de Dios, no estaba exento de las debilidades humanas, y en esa hora sombría le abandonaron su fe y su valor. Se despertó aturdido. Caía lluvia del cielo, y por todos lados había tinieblas. Olvidándose de que tres años antes, Dios había dirigido sus pasos hacia un lugar de refugio donde no le alcanzaron ni el odio de Jezabel ni la búsqueda de Acab, el profeta huyó para salvarse la vida. Llegando a Beer-seba, "dejó allí su criado. Y él se fué por el desierto un día de camino." PR 117.3

Elías no debiera haber huído del puesto que le indicaba el deber. Debiera haber hecho frente a la amenaza de Jezabel suplicando la protección de Aquel que le había ordenado vindicar el honor de Jehová. Debiera haber dicho al mensajero que el Dios en quien confiaba le protegería del odio de la reina. Sólo habían transcurrido algunas horas desde que había presenciado una maravillosa manifestación del poder divino, y esto debiera haberle dado la seguridad de que no sería abandonado. Si hubiese permanecido donde estaba, si hubiese hecho de Dios su refugio y fortaleza y quedado firme por la verdad, habría sido protegido de todo daño. El Señor le habría dado otra señalada victoria enviando sus castigos contra Jezabel; y la impresión que esto hubiera hecho en el rey y el pueblo habría realizado una gran reforma. PR 118.1

Elías había esperado mucho del milagro cumplido en el Carmelo. Había esperado que, después de esa manifestación del poder de Dios, Jezabel ya no influiría en el espíritu de Acab y que se produciría prestamente una reforma en todo Israel. Durante todo el día pasado en las alturas del Carmelo había trabajado sin alimentarse. Sin embargo, cuando guió el carro de Acab hasta la puerta de Jezreel, su valor era grande, a pesar del esfuerzo físico que había representado su labor. PR 118.2

Pero una reacción como la que con frecuencia sigue a los momentos de mucha fe y de glorioso éxito oprimía a Elías. Temía que la reforma iniciada en el Carmelo no durase; y la depresión se apoderó de él. Había sido exaltado a la cumbre de Pisga; ahora se hallaba en el valle. Mientras estaba bajo la inspiración del Todopoderoso, había soportado la prueba más severa de su fe; pero en el momento de desaliento, mientras repercutía en sus oídos la amenaza de Jezabel y Satanás prevalecía aparentemente en las maquinaciones de esa mujer impía, perdió su confianza en Dios. Había sido exaltado en forma desmedida, y la reacción fué tremenda. Olvidándose de Dios, Elías huyó hasta hallarse solo en un desierto deprimente. Completamente agotado, se sentó a descansar bajo un enebro. Sentado allí, rogó que se le dejase morir. Dijo: "Baste ya, oh Jehová, quita mi alma; que no soy yo mejor que mis padres." Fugitivo, alejado de las moradas de los hombres, con el ánimo abrumado por una amarga desilusión, deseaba no volver a ver rostro humano alguno. Por fin, completamente agotado, se durmió. PR 118.3

A todos nos tocan a veces momentos de intensa desilusión y profundo desaliento, días en que nos embarga la tristeza y es difícil creer que Dios sigue siendo el bondadoso benefactor de sus hijos terrenales; días en que las dificultades acosan al alma, en que la muerte parece preferible a la vida. Entonces es cuando muchos pierden su confianza en Dios y caen en la esclavitud de la duda y la servidumbre de la incredulidad. Si en tales momentos pudiésemos discernir con percepción espiritual el significado de las providencias de Dios, veríamos ángeles que procuran salvarnos de nosotros mismos y luchan para asentar nuestros pies en un fundamento más firme que las colinas eternas; y nuestro ser se compenetraría de una nueva fe y una nueva vida. PR 119.1

Jueves - 8 de Septiembre

Aprendamos a Deleitarnos en Jehová

Salmos 37: 1-11

¿Cuál es el consejo de David al pueblo de Dios en el Salmo 37?

Cuando estés bajo el cuidado de Dios y en Su control nunca digas que el Diablo hizo esto o aquello sin importar lo que sea, porque él no puede hacer nada si no se le permite hacerlo. Siempre dale a Dios el crédito.

Cuando las cosas van en contra de la propia voluntad y camino hoy en día, la mayoría de los cristianos dan crédito al Diablo. Sólo cuando las cosas van de acuerdo a su gusto, le dan crédito a Dios. También Balaam se alegró cuando se le abrió el camino para ir a Balac, pero cuando el ángel del Señor bloqueó el camino por el que viajaba, entonces Balaam, se volvió loco como un perro y golpeó al asno.

No, nada más que tú mismo puede derrotar los planes de Dios para ti. Sean tus amigos o tus enemigos, sean las bestias o los reyes, los encontrarás a todos trabajando involuntariamente o a sabiendas para tu bien y no para tu mal, si estás haciendo la voluntad de Dios. ¡Qué rico recurso es el Cielo! ¡Y quién lo conoce!

Recuerda ahora que cualquier cosa que se interponga en tu camino, ya sea el Mar Rojo o el río Jordán, ya sea una montaña o un desierto, se convertirá en tu propio peldaño.

Así es la justicia del Señor, y puedes tenerla a costa de tu propia justicia. Entonces encontrarás que los caminos del Señor son tan superiores a los tuyos como el cielo es más alto que la tierra. Cuando esto ocurra, entonces sólo tú dirás comprensivamente: "El Señor es nuestra justicia".

"Tú guardarás en perfecta paz a aquel cuyo pensamiento se mantiene en Ti, porque en Ti confía. Confiad en el Señor para siempre, porque en el Señor JEHOVÁ está la fuerza eterna; porque él derriba a los que habitan en las alturas; a la ciudad elevada la abate; la abate hasta el suelo; la abate hasta el polvo. Los pies la hollarán, los pies de los pobres y los pasos de los necesitados". Isa. 26:3-6.

Viernes – 9 de Septiembre

Estudio Adicional

La providencia de Dios había relacionado a David con Saúl. El puesto que ocupaba David en la corte le había de impartir conocimiento de los asuntos y preparar su grandeza futura. Le pondría en situación de ganarse la confianza de la nación. Las vicisitudes y las dificultades que le sucedieran a causa de la enemistad de Saúl le conducirían a sentir su dependencia de Dios y a depositar toda su confianza en él. Y la amistad de Jonatán con David provenía también de la providencia de Dios con el fin de conservar la vida al futuro soberano de Israel. En todas estas cosas, Dios desarrollaba sus bondadosos propósitos, tanto para David como para el pueblo de Israel. PP54 703.3

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