Jesus, El Sacrificio Perfecto

Lección 9, Primer Trimestre, del 19 al 25 de Febrero del 2022

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Sábado por la tarde – 19 de Febrero

Texto para memorizar:

Porque con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los santificados. RVa — Hebreos 10:14


Al enemigo le gustaría engañarnos de un modo u otro. A él no le importa a quien y no deberíamos darle ninguna ocasión de hacerlo. Pablo dice: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestra tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”. (He. 12:1, 2).

Domingo – 20 de Febrero

¿Por qué se necesitaban sacrificios?

Genesis 15:6-21, Jeremias 34:8-22.

Dios escogió a Israel para que revelase su carácter a los hombres. Deseaba que fuesen como manantiales de salvación en el mundo. Se les encomendaron los oráculos del cielo, la revelación de la voluntad de Dios. En los primeros días de Israel, las naciones del mundo, por causa de sus prácticas corruptas, habían perdido el conocimiento de Dios. Una vez le habían conocido; pero por cuanto "no le glorificaron como a Dios, ni dieron gracias; antes se desvanecieron en sus discursos, ... el necio corazón de ellos fué entenebrecido." Romanos 1:21. Sin embargo, en su misericordia, Dios no las borró de la existencia. Se proponía darles una oportunidad de volver a conocerle por medio de su pueblo escogido. Mediante las enseñanzas del servicio de los sacrificios, Cristo había de ser levantado ante todas las naciones, y cuantos le miraran vivirían. Cristo era el fundamento de la economía judía. Todo el sistema de los tipos y símbolos era una profecía compacta del Evangelio, una presentación en la cual estaban resumidas las promesas de la redención. HAp 12.2

Lunes – 21 de Febrero

Diversos tipos de sacrificios

Efesios 3:14-19

Generalmente hablando, la ley de Moisés consiste de tres partes. La primera es la ley Ceremonial, la ley del templo - la ley de los sacrificios. Esta ley, por su puesto, no la debemos observar nosotros hoy, excepto en antitipo, porque prefiguraba cosas que habían de venir, particularmente el primer advenimiento de Cristo. Así es que si hubiéramos vivido en el tiempo del Antiguo Testamento y hayamos faltado en cumplir con la ley sacrificial y los sistemas de ese día, hubiéramos por ello demostrado incredulidad en Cristo, Quien había de venir. Pero puesto que estamos viviendo en la era Cristiana, si observáramos ahora la típica ley y sistema sacrificial, por ello demostraríamos incredulidad en Cristo. Quien ha venido.

Martes – 22 de Febrero

El Sacrificio Perfecto de Jesus

Hebreos 7:27; 10:10

¿Cómo se describe el Sacrificio Perfecto de Jesus en estos pasajes?

El plan de redención, que abarca las buenas nuevas de salvación por medio de Jesucristo, fue predicado primero a Adán. Era para él la estrella de la esperanza, iluminando el oscuro y temido futuro. Adán vio que Cristo era la única puerta de esperanza por la que podía entrar y tener vida. El plan de salvar a los pecadores solo a través de Cristo era el mismo en los días de Adán, Noé, Abraham y cada generación sucesiva de aquellos que vivieron antes del advenimiento de Cristo, como lo es en nuestros días. Los patriarcas, profetas y todos los santos mártires desde el justo Abel esperaban la venida del Salvador, en quien mostraron su fe mediante ofrendas de sacrificio. En la crucifixión, el sistema típico de sacrificios fue eliminado por la gran ofrenda antitípica. El sacrificio de las bestias reflejaba la ofrenda sin pecado del amado Hijo de Dios y apuntaba hacia su muerte en la cruz. Pero en la crucifixión el tipo se encontró con el antitipo, y allí cesó el sistema típico; pero ni una jota ni una tilde del código moral fue abrogada a la muerte de Cristo. ST 7 de Agosto de 1879, párr. 3

“El Hijo de Dios es el centro del gran plan de redención, cuyo plan unitario cubre todas las dispensaciones. Él es “el Cordero inmolado desde la fundación del mundo”. Él es el Redentor de los hijos e hijas caídos de Adán en todas las edades de la prueba humana. “Tampoco hay salvación en ningún otro; porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos.” Cristo es la sustancia o cuerpo que proyecta su sombra hacia las dispensaciones anteriores. Y cuando Cristo murió, la sombra cesó. La transgresión del código moral hizo necesario el oscuro sistema. Y a la muerte de Cristo, cuyo evento había sido prefigurado por la sangre de las bestias desde el tiempo de Adán, estas ofrendas, y no la ley de Dios, cuya violación las había hecho necesarias, fueron abolidas.” ST 7 de Agosto de 1879, párr. 4

Miércoles – 23 de Febrero

La Cruz y El Costo del Perdón

Hebreos 9:22-28.

¿Qué dice el pasaje anterior acerca de la obra de Cristo en el Santuario Celestial?

En el santuario terrenal el sumo sacerdote (tipificando a Cristo) ministraba primero en el lugar santo por todo el año, luego en el día de la Expiación, el día de la purificación del santuario y de juzgar el pueblo, él ministraba en el lugar Santísimo por un día solamente. Este doble servicio significa que en el santuario celestial, el Sumo Sacerdote, Cristo, debe necesariamente ministrar primero en el lugar santo hasta el antitípico día de Expiación, luego, durante ese día, debe ministrar en el Lugar Santísimo, ante el trono. Así que, los servicios terrenales, también refutan la idea de que Cristo entrara en el lugar Santísimo inmediatamente después de su ascensión.

Claramente, entonces, el sistema ceremonial revela que desde el tiempo cuando Cristo “se sentó a la diestra de Dios” (Marcos 16:19), donde queda el “río de agua de vida”, hasta el tiempo cuando El y su Padre se trasladaron al trono en el santuario, donde queda “el mar de vidrio (Daniel 7:9-10; Apocalipsis 4:6), El ministraba en favor nuestro como sumo sacerdote en “el lugar santo” (Hebreos 9:12); y que a la misma vez, junto con el Padre, en el soberano trono eterno (“el trono de Dios y del Cordero”), El gobernaba el universo sin pecado.

De estos hechos precedentes, tan claros y positivos, la única conclusión justificada es que Cristo, inmediatamente después de su ascensión, en lugar de entrar al velo en el santuario, El se sentó a la diestra de su Padre, en el Paraíso, y desde allí llevaba a cabo su obra en el lugar santo del santuario.

“Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre”. Hebreos 8:1-2. “Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios” Hebreos 9:24. Efectivamente, “ahora en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:26, 27) - la purificación del santuario. (Daniel 8:14).

"Sé que la cuestión del Santuario, tal cual la hemos sostenido durante tantos años, se basa en la justicia y la verdad".—Obreros Evangélicos, 317, 318.

Jueves - 24 de Febrero

El Juicio y el Caracter de Dios

Romanos 3:21-26; 1:16, 17; 5:8

¿Qué revela a cerca de Dios la Redención en la Cruz para el perdón de nuestros pecados?

Sencillamente, por lo tanto, el juicio ha de comenzar y el santuario ha de purificarse, no antes, sino después, al cumplimiento del período para aquellos señalados para morir. El Juicio siendo consistente con los registros que se encuentran en los libros del cielo, los nombres, de quienes son hallados indignos, sin "el traje de bodas", son, por lo tanto, borrados de los libros. De esta manera se purifica el santuario. Refiriéndose al comienzo de esta obra de juzgar y purificar, el ángel le dijo a Daniel". Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado". Daniel 8:14.

Consecuentemente, puesto que la purificación ocurre al fin de los 2.300 días, y puesto que, como hemos visto este es el juicio -que ocurre "en la consumación de los siglos" (Hebreos 9:26). Por consiguiente, la terminación de los días y el comienzo de esta obra mediadora-judicial de Cristo son, de acuerdo con la autoridad de la Inspiración misma, arreglados para el fin del mundo. Por lo tanto, en conclusión, los 2.300 días no terminan en los días de Antioco Epifanes, como algunos enseñan.

Viernes – 25 de Febrero

Estudio Adicional

“Luego vino la sumisión divina a la voluntad de su Padre. "Por esto—dijo,—he venido en esta hora. Padre, glorifica tu nombre." Únicamente por la muerte de Cristo podía ser derribado el reino de Satanás. Únicamente así podía ser redimido el hombre y Dios glorificado. Jesús consintió en la agonía, aceptó el sacrificio. El Rey del cielo consintió en sufrir como portador del pecado. "Padre, glorifica tu nombre," dijo. Mientras Cristo decía estas palabras, vino una respuesta de la nube que se cernía sobre su cabeza: "Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez." Toda la vida de Cristo, desde el pesebre hasta el tiempo en que fueron dichas estas palabras, había glorificado a Dios. Y en la prueba que se acercaba sus sufrimientos divino-humanos iban a glorificar en verdad el nombre de su Padre.” DTG 578.1

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